jueves, 18 de julio de 2024

Mi primer post...


 

En el mes de julio de 2008 fue que me animé a abrir este, mi primer blog, y lo inauguré publicando mi poema favorito, En paz, de Amado Nervo. De esto han transcurrido ya 16 años, 450 publicaciones e infinidad de sucesos en mi vida. He compartido por igual alegrías, tristezas, reflexiones, pensamientos, inspiraciones, recuerdos, preocupaciones y anécdotas.

Fueron muchos los momentos en que me alejé del blog, y otros tantos en los que volví. Siempre hay una vocecita que me llama y me invita a continuar. Y esto me ha brindado la oportunidad de conocer a muchísimas personas que han enriquecido mi vida. 

Les dejo líneas abajo el poema en mención y les comento que sigue siendo mi  favorito. Me gusta porque habla de equilibrio en la vida, y de que luego de pasar por muchas vivencias, altibajos, aprendizajes, cuestas y pendientes, decisiones acertadas o erradas, hay al final del camino una luz y la posibilidad de marchar en paz. Desde que lo leí por primera vez me cautivó la idea de poder llegar así al final del camino, en paz.


Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo, vida,

porque nunca me diste esperanza fallida,

ni trabajos injustos ni pena inmerecida.

Porque veo al final de mi rudo camino

que fui yo el arquitecto de mi propio destino.

Que si extraje la miel o la hiel de las cosas,

fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas.

Cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno,

mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno.

Hallé sin duda largas las noches de mis penas,

mas no me prometiste tú solo noches buenas 

y en cambio tuve algunas santamente serenas.

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz,

vida nada me debes, vida estamos en paz.

sábado, 13 de julio de 2024

Hay días y días...


 

No todos los días amanecen igual,

hay días soleados que parecen grises,

y días nublados que son luminosos,

mucho depende de la mirada interior...


Si nos sentimos tristes y abatidos,

todo será negro a nuestro alrededor,

y si tenemos el corazón contento,

todo lucirá claro y resplandeciente...


Podemos intentar cambiar el lente,

o esperar la llegada del nuevo día,

aceptar que la vida fluye y se renueva,

y que mañana vendrá un nuevo amanecer...


domingo, 7 de julio de 2024

Monstruos bajo la cama...


 

Cuando era pequeña me daba miedo la oscuridad y cuando me acostaba, me gustaba taparme por completo la cabeza para no “ver” si algo entraba  al cuarto y me asustaba. Mi solución era no ver.

Y asi vamos creciendo y nos vamos acostumbrando a evitar ver lo que nos asusta, lo que nos da inseguridad, lo que nos molesta, lo que nos exaspera, lo que nos frustra, lo que nos saca de nuestra zona de confort. 

Escondemos bajo la cama todos esos monstruos a los cuales no queremos ni nombrar, y que por intentar ignorar les damos más poder. Ahí retozan empoderados el miedo, la ansiedad, la inseguridad, la timidez, el no atrevernos, el enojo, la frustración y algunos etcéteras mas.

Sería un buen ejercicio identificarlos, reconocerlos, nombrarlos, validarlos, aceptarlos, dejarlos salir, sentirlos. Seguramente perderían poder y nos dejarían disfrutar mas de todo lo demás.

sábado, 29 de junio de 2024

Niña otra vez...


 

Me encontraba el otro  día jugando con mi nieto y de pronto me mira con seriedad y me pregunta:

"¿Oma, tú primero fuiste niña o adulta?"

Le respondí que primero fui niña y que con el paso del tiempo fui creciendo hasta convertirme en adulta. Que ese es el proceso natural de la vida, que él también fue bebé, ahora es niño y mas adelante será adulto. Me dijo que él no quería crecer y quería seguir siendo niño. 

Luego le pregunté cómo me veía él, si como niña o como adulta y me dijo que como niña. Le expliqué que eso depende de nuestra actitud, que por mas que crezcamos podemos conservar dentro a nuestro niño interior y dejarlo salir y explayarse y jugar y divertirse. Aceptó entonces crecer y  continuamos jugando.

Y yo continué pensando. Que importante es darse ese permiso de dejarse ser como niños, atrevernos a pasar la tarde entera tirados en el piso jugando, sin preocupaciones, sin estar pendientes del celular, inventando nuevos escenarios de juego, nuevos personajes, construyendo mundos imaginarios.

De mi propia infancia no guardo tantos recuerdos felices, vivía añorando la presencia de mi mamá, y siempre habían problemas y preocupaciones a mi alrededor.

La niña que me habita hoy, y que sale a jugar, es una niña plena, feliz, que disfruta del juego y quiere divertirse. Creo que todos deberíamos darnos la oportunidad de dejar salir a nuestro niño interior. Seguro nos llevaríamos grandes sorpresas y sentiríamos el bienestar que hacerlo nos brinda.


domingo, 23 de junio de 2024

Unidos al cantar...


 

El lunes pasado estaba en el ensayo del coro como cada semana y me puse a pensar en como ha pasado el tiempo desde que empecé a cantar. Fue en el año 2007 que me animé a formar parte del coro venciendo mi timidez y el temor a no estar a la altura. 

Fue la mejor decisión que pude tomar, cantar en grupo es alimento para el espíritu, llena el corazón de alegría y energía, y descarga el peso de las preocupaciones y sinsabores del día a día. Ocurre muchas veces que uno llega al ensayo medio decaído y sale recompuesto y con nuevos bríos. 

Este año, el coro cumple 20 años de su formación, y durante este tiempo son muchas las personas que han pasado por ahí, unos van y vienen, otros permanecen.  

Pero hay un buen grupo de "caseritos" que siempre está y entre los que se ha formado un vínculo muy especial de amistad, compañerismo, solidaridad, unión. Nos hemos acompañado en momentos duros y en momentos felices.

Creo que algo que nos acercó muchísimo fue la pandemia. En una época en que todos vivíamos encerrados, atemorizados, aislados, preocupados, sin poder ver a nadie, mucho menos reunirnos para ensayar, nuestra directora tuvo la brillante idea de convocarnos por zoom cada semana como si asistiéramos al ensayo. Gracias a su fuerza e iniciativa tuvimos nuestro momento de encuentro semanal. 

Y la computadora o el celular se convirtieron en nuestra ventana de salida. Un motivo para arreglarnos y conectarnos a compartir preocupaciones, dudas, sentires, canciones, tristezas, temores, alegrías, esperanzas. Muchos vínculos se cimentaron y se creó una mística de grupo muy especial que nos mantiene unidos en el canto y la amistad.


miércoles, 12 de junio de 2024

¿ Qué pondrías en tu frasquito?


 

El otro día cayó en mis manos un frasquito de aceite esencial de lavanda, de aroma muy agradable y relajante. Me comentaron que era excelente para descansar y que bastaba rociar unas gotas en el dormitorio antes de acostarse para dormir plácidamente. 

Me explicaron también que se utiliza diluido, basta un par de gotas en un frasquito mezcladas con aceite inodoro para percibir su efecto. Vinieron varios pensamientos a mi cabeza. En primer lugar recordé a mi papá diciendo que lo bueno viene siempre en frasco pequeño. 

Luego pensé en mis aromas favoritos, definitivamente los cítricos, encabezando la lista el limón y la hierba luisa. No hago mas que imaginarlos y ya empiezo a sonreír.

Y en una de mis caminatas, iba pensando en como las  cosas sencillas y cotidianas tienen la capacidad de brindarnos felicidad. Y recordé los frasquitos de esencias y se me ocurrió como sería que pudiéramos llenar algunos de ellos con estos momentos.

Una llamada inesperada, un buen libro, escuchar música, abrazar, una tarde de amigas,  pintar, perdonar, cantar, una larga caminata, disfrutar de la naturaleza, una conversación profunda, sonreír, oír el canto de las aves, correr en el parque,  sentir el olor de la tierra mojada, agradecer, escuchar caer la lluvia, mirar profundamente, jugar,  compartir un café, meditar, contemplar la puesta del sol, bailar,  sentarse a la orilla del mar y admirar su grandeza, el chocolate, recordar, vivir...

jueves, 6 de junio de 2024

Una tarde especial...


 

Es sábado por la tarde, todos han salido de casa, estoy sola y me provoca sentarme a pintar.  Saco mi libro de mandalas, mis colores y me instalo cómodamente en la mesa. Decido acompañar el momento con un cortadito y música.  Todo parece indicar que será una tarde apacible.

Tomo unos sorbos de café, elijo un color y empiezo a colorear a la par que la música empieza a sonar. He elegido una lista de mis canciones favoritas y las pongo en modo aleatorio pues me gusta dejarme sorprender. Hay canciones de todas las épocas y todas tienen en común que en su momento han sido especiales y guardan gratos recuerdos.

Vuelvo a revivir algunos de esos momentos, se agolpan en mi interior la nostalgia, la emoción, la melancolía. Desfilan por mi cabeza como si se tratase de escenas de alguna película muchas veces vista, tardes compartidas en grata compañía, sendas conversaciones, largas caminatas, emociones intensas, sueños y anhelos, amor y desamor, perdón y reconciliación, comprensión y aceptación.   

Canciones cantadas a viva voz, otras tarareadas en voz bajita. Es la magia de la música capaz de despertar emociones, sentimientos, recuerdos y hacernos vibrar.

El pintar ha tomado un rol secundario, coloreo en forma automática cambiando de color instintivamente, ya sin pensar. Fluye la música, fluye la pintura, fluyen también algunas lágrimas por mis mejillas, y no me perturban, agradezco que me ayuden a apaciguar mi interior. He aprendido que es mejor dejarlas salir.  

Se termina el café, la tarde va llegando a su fin.  Apago la música, guardo mis pinturas, lavo mi taza. Cierro los ojos brevemente y descanso agradecida de haber pasado una tarde especial.  

viernes, 31 de mayo de 2024

Mañana será otro día...


 

...es una frase que utilizaba mi mamá con frecuencia. Sea que quisiera darle ánimos a alguien que se sintiera agobiado por alguna preocupación, o que se lo dijera a si misma cuando algún problema la atormentaba  sin lograr hallarle solución. Se echaba el problema a las espaldas y dejaba de pensar en él ( o por lo menos lo intentaba) y confiaba en que el mañana lo resolvería.

Y muchas veces sucedía así, pues muchos de nuestros problemas se originan en nuestros pensamientos, en nuestros temores, en nuestras creencias,  y nuestra mente los empodera y hace que el panorama se vea cada vez mas oscuro y de más difícil solución.  

En cambio al dejar de pensar en lo que nos preocupa o intentar restarle importancia, vemos luego que no era tan grave como parecía, o que en todo caso fue algo con lo que si pudimos lidiar. Pero para lograr esto hemos de respirar profundo, calmarnos , serenarnos, y confiar.

Otra de sus frases bandera era "el golpe avisa".  La usaba para darse ánimos al emprender un nuevo proyecto o tomar un nuevo camino. Estaba convencida que para lograr algo hay que atreverse y tenía una fuerza y empuje admirables. Pienso que era una luchadora.

Ambas frases me acompañan siempre, y me escucho muchas veces a mi misma aplicándomelas,  o  diciéndoselas a otra persona que necesita escuchar algo así. Es también una forma natural de tener a mi mamá siempre conmigo, como si fuese ella quien me da el consejo y me acompaña y anima.

viernes, 24 de mayo de 2024

Una ceremonia especial...


 El 1° de noviembre pasado recibí una invitación para asistir a una ceremonia de cacao. Me invitó Ele, la tanatóloga que me acompañó en mi proceso de duelo tras la muerte de mi esposo. 

Con ella aprendí que toda pérdida conlleva un duelo, no solo la pérdida física de un ser amado.  Fue ella quien me ayudó a aceptar lo que había sucedido y me explicó que cada duelo es único y especial, y que es importante sentirlo y transitarlo.  Ella misma me enseñó que es bueno llorar, y lo hice cada vez que lo necesité. Dijo que no hay un plazo determinado para el duelo y que eso depende de cada persona y que debemos aceptarlo y respetarlo.

Ella tuvo la idea de organizar esta ceremonia de cacao para conmemorar 5 años de labor  e invitó a aquellos que había  acompañado en sus procesos de duelo en los últimos meses. Asistimos 10 personas en total. No nos conocíamos entre nosotros, nuestro nexo era Ele. Todos llegamos con nuestra mochila pesada, llena de tristeza, dolor, desconsuelo, incertidumbre, pesar.  Quizás albergábamos la esperanza de que Ele sacará una varita mágica y nos librará de tanta tristeza.

Nos invitaron a sentarnos en cojines alrededor del cacao, y cada quien llevó un retrato o un objeto que le recordara a su ser querido. Así en círculo hicimos una meditación y mientras Florencia nos explicaba la ceremonia fuimos compartiendo el cacao junto con frutos secos.  Y el ambiente se fue aligerando, el silencio inicial se fue disipando, y empezamos a compartir nuestros testimonios y nos brindamos contención y comprensión y dejamos de ser extraños para ser parte de una comunidad, una comunidad de dolientes. 

Nos enseñaron también un cántico que entonamos en grupo una y otra vez  y que creó un ambiente místico. Un cántico sencillo que nos explicaron utilizan en algunas culturas para acompañar el tránsito de las almas a la otra vida. Se aligeraron las penas, se descargaron las mochilas, y al finalizar todos nos despedimos con grandes abrazos y con la tranquilidad de no estar solos en el proceso. Después de ese día, ese canto  acompaña muchas de mis caminatas, me llena de paz y esperanza.

miércoles, 15 de mayo de 2024

El arte de escuchar ...


El otro día, al recoger a mi nieto del nido, íbamos paseando de la mano y conversando de como había sido su día, cuando de pronto me dice: "Oma, sabes? Almudena si escucha". Cabe resaltar que tiene 3 años de edad. Su comentario me dejó sorprendida, pues no es habitual que un niño tan pequeño se percate de ésto. El se refería a quién le presta atención cuando  le habla. Con naturalidad le pregunté quien mas escucha y me hizo una lista mental de quienes de sus compañeritos escuchan y quienes no.

Le comenté que eso es natural y que entre adultos también sucede así, que no todos "escuchan". Y le mencioné a dos amigas mías que él conoce, contándole que ellas si escuchan. Me miró con picardía y me dijo "pero yo quiero que me cuentes quien de tus amigas no escucha". Jajajaja, no deja de sorprenderme.

Y es que comunicarse no siempre es fácil, hay quienes no escuchan, y también quienes entienden distinto. Y es que la percepción de cada uno cambia y está influenciada por cómo pensamos, o lo que creemos que nos dirá la otra persona. A veces nuestro diálogo interno no nos permite concentrarnos para escuchar.  También están quienes sabes escuchar hasta el silencio.

Encontré la vez pasada esta frase que les comparto y que me pareció totalmente atinada.


Hace algunos años, publiqué en este blog un chiste que encontré referente a las interpretaciones. Les comparto el link por si quieren reírse un poco.

https://unpensamientoparacadadia.blogspot.com/2010/05/como-dice-que-dijo.html


miércoles, 8 de mayo de 2024

Retazos de infancia...

* En la foto, estamos Cristi y yo en las escaleras del edificio de mi infancia. Yo soy la  del triciclo.

En el taller de escritura nos dejaron la tarea de escribir cada día, durante una semana, algún recuerdo de infancia. No hice mas que leer la indicación y ya mi mente estaba instalada en esa época, y me costaba pensar en otra cosa. Se agolpaban en mi cabeza recuerdos de lo mas variados. 

 El primero de todos, el olor de la hierba luisa del jardín de mi abuelita, mamama,  que me encargaba cosechar para poner a hervir para el almuerzo. El olor del perfume de violetas. El sabor dulce de los capulíes que recogía cada vez que debía bajar al jardín. Los nísperos que caían maduros del árbol. Los ravioles que preparaba mamama por mi cumpleaños. El plátano con leche, azúcar y canela que tomabamos al lonche. 

Los domingos que esperaba con ansías para recibir la visita de papá y mamá. Los paseos a la Herradura con ellos para pasar por el tunel y pedir un deseo.  Las tardes en que los iba a visitar. El olor de los polvos Angel Face que usaba mi mamá. 

Mamama mirándome desde la cocina mientras yo esperaba en la puerta del edificio que llegue la movilidad para llevarme al colegio. Los paseos al "prado" que solía hacer con papapa, tomados de la mano.  Las tardes paseando en mi triciclo por la entrada del edificio.  El día que desde la movilidad vi caer por las escaleras a mi abuelita y me fui llorando al colegio. 

El disco de Topo Gigio que me regaló mi hermana Cristi por mi cumpleaños. Los rompecabezas que amaba armar.  Los libros que leía con entusiasmo y que me llevaban de paseo a tantos lugares. El pavo que criaba mamama en la azotea para la navidad, y que me asustaba cada vez que debía subir a recoger la ropa. 

Acompañar a Cristi a pasear o  comprar y admirarla interiormente. Las largas horas que pasaba echada en el sofa de la sala imaginando que podía caminar por los muritos del techo. Las tardes sentada con mamama aprendiendo a tejer y bordar. La ropita que con tanto ahínco le tejía a crochet a mi muñeca.

El día que mi hermano Gastón se casó y yo asistí a su boda con mi vestido de primera comunión. El verano que alquilamos una casita en el balneario de Naplo y pude aprender a nadar. La tristeza infinita cuando Cristi viajó a Suiza para casarse y quedarse a vivir allá. La llegada de Hansi, el canario que vino a vivir a nuestra casa luego que el novio de Cristi regresó a Suiza. La felicidad que sentí cuando fuimos a vivir juntos mamama,  yo, papá y mamá. 

Tantos sentimientos juntos, tantos recuerdos, tantas tristezas, alegrías, añoranzas, ausencias y pequeños acontecimientos que estaban dormidos en mi corazón y que en esos días cobraron protagonismo y me dieron la oportunidad de acariciar a mi niña interior y decirle que ahora todo está bien.

Recordarlos, escribirlos, procesarlos, sanarlos, compartirlos fue importante, fue bueno, fue intenso, fue reconciliador.


martes, 30 de abril de 2024

Y de repente un amigo...


 

La sorpresiva muerte de mi compañero de vida, no solo me dejó tristeza, dolor, vacío y soledad. También me dejó muchas interrogantes.  

¿Quién soy yo ahora?

¿Qué parte de mi de aquella que fui permanece en mí?

¿Cómo será mi camino a partir de ahora?

¿Tendré la fuerza necesaria?

¿Tomaré con facilidad sola mis decisiones?

Y así, una tras otra fueron llegando muchas preguntas a mi cabeza. Sé que la vida es constante cambio, y que nosotros también cambiamos momento a momento.

Sé también que cuando compartimos el día a día con alguien, vamos asimilando cosas de ese alguien, y este a su vez asimila cosas nuestras.  Y nos convertimos en una suerte de fusión.

Y me preguntaba yo que quedaría de aquella joven de 17 años tras compartir 44 años juntos.

 ¿Permanecería aún dentro de mí?

 ¿Sería posible volver a ser simplemente yo?

¿Podría redescubrir que me gusta a mí?

Me venía a la cabeza la canción de Mercedes Sosa que dice:

 “Volver a los 17, después de vivir un siglo,

es como descifrar signos, sin ser sabio competente,

volver a ser de repente tan frágil como un segundo,

volver a sentir profundo como un niño frente a Dios,

eso es lo que siento yo en este instante fecundo”…

Y un par de meses después, recibo un mensaje de Facebook, de quien fue mi mejor amigo en esa época de adolescencia y juventud, que supo ser amigo, amor platónico, confidente, y compinche,  y a quien por azares del destino no había vuelto a ver ni saber nada de él. Me escribió curioso de saber que fue de mi vida y me comentó que le gustaría retomar aquella vieja y entrañable amistad.

Y empezamos a conversar a menudo por teléfono, pues vive en otro país. Y tuvo la paciencia de escuchar mis largos silencios de congoja, y supo entender e interpretar mis monosílabos, así como adivinar como me sentía en aquella apatía en que estuve sumida los primeros meses.

 Y sin saberlo, dio respuesta a muchas de mis interrogantes, pues supo reconocerme en aquella persona en que me había convertido y me repitió muchas veces que yo no había cambiado y que sentía que yo seguía siendo la misma yo con la que solía compartir sus cosas en aquella época.

Me dio tranquilidad. Ahora ya me reconozco, he podido continuar mi camino por la vida, tomar algunas decisiones, darme cuenta que si tengo las fuerzas que requiero, reconocer qué me gusta, y mirar con gratitud aquellos muchos años de vida compartida.

Agradezco  que en momento oportuno haya reaparecido ese amigo, y me agrada saber que la esencia de uno permanece intacta, pese a los avatares de la vida.

martes, 23 de abril de 2024

Volteretas ...


 Nací en 1962 y hoy cumplo 62 años, me gusta esa coincidencia, es algo que no se repetirá. Me gusta mirar la vida con curiosidad y dejarme sorprender. No siempre es fácil, vamos creciendo y el camino siempre cambia. No todo permanece, pues estamos de paso por acá. A lo largo de estos años he aprendido lo importante que es vivir el presente y disfrutar el ahora que es lo que realmente hay.

 La vida avanza deprisa y nos va llenando la mochila de experiencias, aprendizajes, vivencias, conocimientos, recuerdos. Sumamos, restamos, encontramos, perdemos, aprendemos, nos fortalecemos, crecemos y avanzamos. 

Mi abuelo solía recordar que en la Lima de antaño  celebraban los cumpleaños durante una semana. Cada día tenía un nombre: antevíspera, víspera, santo,  joroba,  corcova,  respinguete y  andavete.

El mio será mas sencillo, pero intentaré disfrutarlo y sobre todo sonreír y agradecer por un día mas de vida.



jueves, 18 de abril de 2024

Los giros de la vida...


Cambia la vida

de giro en un instante

y sin aviso...


Desasosiego,

temor, incertidumbre,

enojo y dolor...


O alegría, paz,

entusiasmo, confianza,

sorpresa, emoción... 


Pasan los días,

nos acostumbramos,

hay que continuar...


Nos adaptamos,

y cuando lo logramos,

vuelve a girar...


domingo, 14 de abril de 2024

Bullicio y magia...

 


Por las mañanas, suelo ir a trotar alrededor de un parque cercano a casa, que esta cercado con una reja. Luego entro y completo mi rutina de ejercicios/caminata/relax/respiración/meditación para empezar mi día recargada.

El jueves, amanecí un poco melancólica y apenas entré, luego de trotar, me crucé con una ardilla que bajó curiosa de un árbol, me miró un momento y luego volvió a trepar. Primer esbozo de sonrisa.

Continúo mi camino y me cruzo con Victoria, quien se ocupa de mantener la limpieza en el parque, que me saluda con su amplia sonrisa y me anima  al verme ejercitando. Siempre lo hace, es un ángel. Le agradezco y correspondo la sonrisa.

Sigo avanzando y empieza el concierto. Parece que todas las aves del distrito se hubieran reunido ahí, y me regalaran un canto coral a cuatro voces. Las hay de todo tamaño y color, están los mirlos, las cuculí, las palomitas, los correcaminos, los amarillitos, los de pecho azul, y tímidamente, en lo alto de una rama, un petirrojo.

Han puesto a correr el agua, y los jardines están inundados, formando una enorme piscina donde chapotean y se refrescan. Algunas mojan su cabecita y la sacuden, otras remojan la pancita y levantan el ala. Es un espectáculo verlas y escucharlas. Por supuesto que a estas alturas ya mi sonrisa se hizo permanente. Y contemplo el parque, el día, la vida, con otros ojos. 

Para completar la fiesta, una mariposa revolotea coquetamente cuando camino por la pérgola, se posa en una flor y bate sus alas suavemente. Ahí la melancolía inicial ya ha desaparecido. Puedo ahora percibir el colorido de las flores que acaban de sembrar, y veo con el esmero que los jardineros las mantienen siempre limpias y llenas de vida.

Pequeños detalles cotidianos, milagros del día a día, que pueden hacer la diferencia. Me retiro sonriente, el guardián al despedirnos me desea que tenga un buen día, y si que le  creo. Sé que me espera un bonito día por delante.  Gracias naturaleza, gracias vida!

miércoles, 10 de abril de 2024

Añoranzas...


 

De improviso  te marchaste,

Y un gran vacío dejaste,

Mi corazón desolaste,

Sin equipaje volaste.


Es la vida, me dijeron;

Todo pasa, añadieron;

Eres fuerte, comentaron;

Si se puede, agregaron.


Hay momentos de nostalgia,

también de melancolía,

hay retazos de  alegría,

que me infunden valentía.


Mas el tiempo con su magia,

Trae calma que contagia,

Vientos suaves que presagian

Nuevos tiempos de armonía…

 


viernes, 5 de abril de 2024

Aceptar...




 Hoy recordé a una preciada amiga que  con gran sabiduría me dio un consejo que me acompaña siempre. Ante una situación de pérdida me dijo que ella había aprendido que lo mejor era aceptar. Y me dejó pensando....

Y pronto comprendí cuanta razón tenía en su consejo. Como algo tan aparentemente trivial puede cambiar tanto nuestra percepción de las cosas. Esta pequeña palabra, de tan solo 7 letras tiene mucho poder. Aceptar. Aceptar que ya sucedió. Aceptar y reconocer que nada podrá cambiar esa realidad. Aceptar que la vida continúa, distinta, si, pero continúa.

 Cuando uno acepta conscientemente las cosas que suceden, sean triviales, o importantes, nuestra mirada cambia.  En vez de rumiar lo sucedido o devanarnos los sesos preguntándonos porqué sucedió esto o aquello; o cuestionarnos incansablemente qué hubiéramos podido hacer diferente, hemos de aceptar.

Aceptar, asimilar, incorporar a nuestra vida, a nuestro día a día, la nueva realidad, que pronto dejará de ser nueva para convertirse en cotidiana.


sábado, 30 de marzo de 2024

Koyra...


es el nombre del personaje que hoy me tocó interpretar en mis juegos con mi nieto y es que su imaginación no tiene límites y siempre tiene en mente algún nuevo juego que escenificar.  

Paso de ser Koyra, a representar al topo Gigio, puedo ser un super héroe o un villano  según la ocasión; nos volvemos invisibles, o somos viajeros del espacio recorriendo la galaxia entera en nuestra nave. Construimos pistas de  carreras y parques de diversiones. También cantamos, coloreamos, leemos,  paseamos de la mano, y conversamos compartiendo  tardes de café/chocolate. 

Tengo la dicha de ser abuela, Oma para ser mas exacta, y lo disfruto a mas no poder. Mi nieto nació en tiempos de pandemia, de encierro, de temor, de desánimo y vino a traer a nuestras vidas luz, esperanza,  amor incondicional, alegría, motivación.

A su lado es fácil poner entre paréntesis los problemas y las preocupaciones, las tristezas y el pesar. Y reemplazar esto por risas y juegos.  Estoy segura que estos tiempos de duelo hubieran sido mucho mas difíciles sin su compañía. Al jugar y dejar salir al niño interior que llevamos dentro el mundo cambia de color. Y sus abrazos llenan el corazón de amor.


domingo, 24 de marzo de 2024

Es buen momento para...


 

Retomar la vida

Retomar el tiempo 

Retomar caminos

Retomar los sueños

 

Agradecer los recuerdos

Agradecer la nostalgia

Agradecer lo vivido

Agradecer que respiro

 

Aceptar el llanto

Aceptar el miedo

Aceptar los retos

Aceptar los cambios


Recobrar el entusiasmo

Recuperar la alegría

Emprender nuevos caminos

Y sentir que hoy estoy viva

martes, 19 de marzo de 2024

Una pena entre dos...




es menos atroz... era la frase que identificaba el segmento de una consejera sentimental en un programa cómico de los 80´s. Y vaya que he comprobado lo cierto de esta afirmación en estos últimos tiempos en que me ha tocado vivir momentos tan difíciles y tristes.

He tenido la suerte de contar con buenas amistades que me han acompañado de cerca y de lejos, que me han prestado su hombro y han sabido escuchar mis palabras y más difícil aún mis silencios. Han podido leer en mi mirada o en el timbre de mi voz como me sentía y me han brindado apoyo, comprensión y consuelo . 

Han dicho muchas veces la frase precisa en el momento oportuno y también han sabido otras tantas veces guardar silencio y simplemente estar. 

Que tesoro tan valioso que son los amigos, y que bendición tan grande contar con ellos!

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