sábado, 27 de julio de 2024

La despensa del cronopio...

 



A inicios de los 70,s, mi hermano mayor abrió una tienda de venta de objetos variados, discos, afiches, tarjetas, correas y otros estilo hippie, y le puso por nombre "La despensa del cronopio". Yo tenía 10 años y me encantaba ir a curiosear la tienda  pero lo que mas despertaba  mi curiosidad era el nombre. Me parecía muy original y trataba de imaginar que significado tendría o que sería ser un cronopio.

Ya de adulta, y aficionada a la lectura, conocí a Julio Cortázar con la lectura de Rayuela,  y luego descubrí un libro suyo titulado Historias de Cronopios y de Famas y por fin supe lo que eran los cronopios. 

Nos dice Cortázar: 

Un cronopio es un dibujo fuera del margen o un poema sin rima; es decir, algo que se sale completamente de los parámetros y los registros formales y que va a contracorriente de las tendencias y las normas convencionales.  Son criaturas que se destacan por su gran sensibilidad que les vuelve apasionados de la música, la naturaleza y el arte en general. Otro rasgo identitario de estos personajes es su comportamiento espontáneo: no se dejan llevar por las tendencias y todo lo que hacen está regulado (o impulsado) por sus propias creencias y sueños. Son además desordenados y suelen pensar en positivo. 

«No es fácil ser cronopio. Lo sé por razones profundas, por haber tratado de serlo a lo largo de mi vida; conozco los fracasos, las renuncias y las traiciones.  Ser cronopio es contrapelo, contraluz, contranovela, contradanza, contratodo, contrabajo, contrafagote, contra y recontra cada día contra cada cosa que los demás aceptan y que tiene fuerza de ley. «


Flor y cronopio

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. la flor piensa: "Es como una flor"

Conservación de los recuerdos

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: “Excursión a Quilmes”, o: “Frank Sinatra”.

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: “No vayas a lastimarte”, y también: “Cuidado con los escalones”. Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

8 comentarios:

  1. Que lindo lo que has publicado, me encantó.
    Sinceramente ya había olvidado cómo eran los cronopios y los fama, volver a imaginarlos me ha encantado, gracias Cecilia.
    Un abrazo.

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    1. Hola Mariarosa, disfruté mucho preparando esta entrada y leyendo historias de cronopios y famas.
      Un abrazo

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  2. Lo he disfrutado como si fuera niña de nuevo, encantador como lo relatas, me ha gustado mucho
    Un abrazo

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    1. Hola Stella, que bueno que lo disfrutaste, son historias que agrada leer.
      Un abrazo

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  3. Seguramente o probablemente sacas tu lado cronopio, por ahí, cuando te atreves a sonreír: siempre es por algo y ese algo lo es todo. Bien por ti.

    Disfruté el extracto de mi tocayo.

    Va un abrazo, Soñadora.

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    1. Hola Julio David, voy descubriendo que tengo bastante de cronopio :), en especial cuando me atrevo a sonreir.
      Un abrazo

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  4. Ponerle ese nombre a la tienda, ya denotaba entonces el personaje que tu hermano era...
    Y quiero pensar, conociéndote hoy, que en aquellos 10 años ya empezaste a "heredar" algo de aquella esencia.
    Abrazos Cecilia.

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    1. Hola Ernesto, si, creo que desde aquella época ya empezaba a aflorar en mí esa esencia de cronopio :))
      Un abrazo

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