Me preguntaba el otro día cuántas cosas dejamos de hacer por miedo?
Cuántos de nuestros pasos se ven reprimidos por el temor?
Cuántos proyectos se quedan así, solo en proyectos?
Y es que los pensamientos vuelan más rápido que nuestros pasos. Y les damos la bienvenida, les hacemos espacio y los dejamos tomar el mando. Y ellos nos plantean escenarios dificiles.
Y enseguida empieza la recatafila de "y si..." y nos resulta más fácil no actuar, descartar planes, desechar proyectos y quedarnos con lo ya conocido.
Me propongo atreverme a explorar y dar ese paso que me saque del hogar del miedo. Una voz me dice que valdrá la pena hacerlo, que solo requiero decisión y echar a andar.
Veré pues que encuentro al otro lado del miedo...
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A veces no queda màs remedio que cruzar. Un beso
ResponderEliminarSi Susana, suele ser lo mejor! Un beso!
EliminarDebemos hacer y no quedarnos paralizados por el miedo. Aunque lograr algo nos implique intentarlo mil veces. Será mejor que no intentarlo.
ResponderEliminarBesos.
Así es Sara, como dice el dicho, no hay peor gestión que la que no se hace.
EliminarBesos!
¡Suerte!
ResponderEliminarUn saludo soñador.
Gracias Manuel! Saludos!
EliminarYo soy miedosa en general con lo cual muchas veces dejo de hacer cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.
También tengo momentos así Mari por ello intento convencerme 😉
EliminarUn abrazo!