Recibí el otro día la llamada de mi sobrina preguntándome si tenia planes para el día siguiente pues planeaba ir de paseo con la familia y me invitaba a acompañarlos.
Hice un paréntesis mental y evalué lo que tenía pendiente versus un día en la naturaleza y como por arte de magia viajé a través del tiempo, sentí la mano cálida de papapa envolviendo mi mano pequeña de niña, vi sus ojos traviesos y escuché su voz proponiéndome "vamos de paseo por el prado? " Era su manera de invitarme a pasear al parque y cada paseo, acompañada de sus historias, era un gran acontecimiento.
Este recuerdo fue el empujoncito final que me convenció de aceptar la invitación de mi sobrina y en verdad que pase un lindo día de paseo por el prado...
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No hay nada como un paseo por el prado. Un beso
ResponderEliminarSusana, esos momentos sí que se disfrutan.
EliminarUn beso!
Me alegra que hayas disfrutado un paseo feliz. Un abrazo.
ResponderEliminarMariarosa.
Gracias María Rosa, un abrazo!
EliminarEscogiste muy bien. Esos momentos hay que aprovecharlos.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Si Sara, hay que aprovecharlos.
EliminarUn beso!
Todos, casi, hemos tenido esa mano, ese paseo y ese prado por el que pasear junto a algún ser muy querido... Hoy, tal vez, nosotros mismos somos esa mano para otros...
ResponderEliminarEntrañable Cecilia. Es grato poner cara a las personas con quienes interactuamos.
Abrazos.
Ernesto, la vida gira y los roles cambian.
EliminarUn abrazo!
Me alegra mucho.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola!
EliminarUn besito!
Hola Cecilia. Buen domingo amiga.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Ernesto, linda semana para ti!
EliminarAbrazos!
Es una muy buena terapia, el poder pasear por el prado y de la mano de alguien querido, nos llena el alma de alegrías y luz y sentimos algo muy especial en el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo
Ángeles, esos momentos convierten la vida en especial.
EliminarUn abrazo!