lunes, 8 de septiembre de 2008

Pérdidas en la vida



En menos de un mes he sentido de cerca la visita de la muerte. Si, esa temible palabra que nos cuesta trabajo pronunciar, visitó a mi familia 2 veces en el lapso de 25 días y me ha dejado como un vacío en el alma.


Esta situación me hizo preguntarme ¿cuánto dolor o pena somos capaces de resistir? Y debo contestarme que mucho. Soy una persona creyente, tengo fé en Dios y sé que El sabe en que momento nos recoje, pero nuestro lado mundano nos impulsa a quejarnos, a cuestionarlo y decir ¿porqué tan seguido Señor?


Por otro lado pienso y agradezco que los seres queridos que partieron dejaron de sufrir, uno de ellos , joven aun a sus 50 años se aferraba a seguir viviendo, la otra, anciana a sus 89 años, creo que esperaba descansar hace un tiempo, desde que partió su media naranja, el hombre con quien compartió mas de 50 años de su vida. Justo en su lecho de muerte le susurré al oido "ve tranquila, tu Jorgito te espera", pero sospecho que me tomará algunos días eliminar la tristeza de mi mirada y volver a esbozar una sonrisa desde el corazón.


En fin, tiempo al tiempo, y poner lo mejor de uno para lograrlo.............la vida sigue su curso.

10 comentarios:

Natacha dijo...

Amiga, siento mucho tu dolor.
La muerte es difícil de aceptar, nunca le encontramos hueco en la estantería para colocarla.
Nos incomoda, nos asusta, nos apena... más sin tener la certeza, a veces ni la duda, de que después hay algo más.
Un lugar donde recoger nuestras cosechas o pagar nuestras deudas..
Es duro, linda. Pero pasa, ya lo sabes...
No se trata de buscar razones, se trata de vivir con ello, ni siquiera de superarlo.
Tener una cajita con los dolores y procurar no abrirla muy a menudo. Aunque sean amores lo que allí guardamos.

Un besito, mi niña. Lloro contigo, de veras.
Natacha.

Soñadora dijo...

Natacha, agradezco de corazón tus palabras, reconfortas mi alma. Se que el tiempo es la mejor cura, y que pronto estaré mejor, pero siempre es grato "oir" una palabra amiga.
Besos,

José Miguel dijo...

Debemos tener esperanza en que la muerte no es el final, que es sólo un tránsito hacia algo mejor. ¡Ánimo!

Ojoavizor dijo...

Soñadora,

Los que parten necesitan de tu desprendimiento, para que su viaje pueda ser pacífico y hermoso.
Si eres una soñadora, conversa con ellos a través de tus sueños.
Verás con alegría, que el espíritu trasciende la vida y la muerte.
Lee por favor mi poema "el viaje" en la sección poemas de mi blog.
Tal vez encuentres alguna palabra que aligere tu dolor y te ayude a recordar que todos tenemos una inmensa dimensión espiritual que nos permite trascender.

Un abrazo, acompañandote en tu dolor y en tu liberación del mismo.

Ojoavizor

Soñadora dijo...

Gracias por tu visita José y por tus palabras de ánimo. Tienes razón, la muerte no es el final y probablemente los que parten están mejor que nosotros.
Somos nosotros los que nos rebelamos de que ya no esten nuestros seres queridos.
Un abrazo,

Soñadora dijo...

Que hermosas tus palabras Ojoavizor, "los que parten necesitan de nuestro desprendimiento para que su viaje sea pacífico y hermoso".
Hoy leeré tu poema.
Abrazos,

Claudia dijo...

Soñadora, yo perdí a mi madre el 31 de diciembre. Si te reconforta, yo escribí dos post al respecto. Están en la sección "Mundo familiar". La muerte no es justa ni injusta, llega y hay que asumir su violencia o su liberación. Somos los únicos seres vivos conscientes de cómo acabaremos y por eso sentimos miedo permanente.

Soñadora dijo...

Claudia, acabo de leer los dos post que mencionas. Te agradezco por compartirlos pues ayuda mucho su lectura y te felicito por haber podido abrir de modo tan sincero tu corazón.
Un abrazo,

González Luis dijo...

La muerte al ser un misterio se vuelve complicada para filosofarla pero, cuando se acrecienta la madurez espiritual, cuando uno logra tener un primer encuentro de muerte por medio de uno de sus seres queridos, vas afirmando que la existencia es transitoria.
Qu debemos vivir disfrutando del momento prepararse para una transmutación a la Luz.
Duele que nuestros seres se vayan, a veces duele por nosotros mismos, por que nos quedamos sin "ese alguien". Pero Dios y la vida te dan otras cosas que te ayudan a seguir adelante.
Es mejor pensar que ahora están en paz y felices. Llenos de luz!

Soñadora dijo...

Capricornio, gracias por tu sensibilidad.

Un abrazo,

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