Recuerdo claramente mi llegada al nuevo barrio. Muchos cambios importantes sucedían a la vez. Mi familia crecía, ya no seríamos sólo mamama y yo, ahora estarían también papá y mamá. Era una casita pequeña y acogedora la que sería nuestro hogar y era parte de la "quinta crema". A los pocos días de instalados en la nueva casa, fui conociendo a los chicos y chicas del barrio y nació una entrañable amistad.
Travesuras, sueños, ilusiones, discusiones, bailes, playa, cantos, secretos, peleas, reconciliaciones, paseos, fraternidad, familia, fiestas, enamoramiento, compañerismo, apoyo, unión y mucho más.
Luego de unos años, mis pasos me llevaron lejos, elegí otros caminos, otra vida, y siempre albergué en mi corazón los recuerdos y el cariño compartido.
Este año tuve la suerte de encontrarlas por el famoso facebook, y concretamos un reencuentro de "hermanas", y las horas faltaron para traer recuerdos a la mesa, anécdotas alegres, tristes, melancólicas. Recuento de lo acaecido a cada una en los últimos 30 años, y lo más impresionante de todo, sentir que el cariño se mantiene intacto pese al tiempo y la distancia. Gracias por tan linda amistad!