
El año pasado nos mudamos de casa y una de las cosas que más me entusiasmaba era la creación del jardín. Había pasado meses pensando en cuáles plantitas sembraría y cómo las combinaría.
En la parte externa de la casa sembré tres árbolitos de poinciana aún jóvenes. Al principio se les veía fuertes, sin embargo, al llegar el invierno uno de ellos perdió todas las hojas y las ramas se veían algo secas y sin vida y pensé que ya no renacería, sin embargo, decidí "darle una oportunidad" y pensé en esperar al verano a ver qué ocurría. Cuál no sería mi alegría cuando este año se lleno de brotes, y ahora compite con los otros dos en cuál es el más frondoso!

Encontré el otro día una historia que me hizo pensar en lo que me había pasado:
Un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio asombrado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos. Y me dijo:
- "Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno, pero se ve que hacia tanto frío que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara vida; y ahora advierto que la vida alentaba aún en aquel tronco."
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" Nunca olvides esta lección, jamás cortes un árbol en invierno , y jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes decisiones importantes cuando estás en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá........"