sábado, 30 de marzo de 2024

Koyra...


es el nombre del personaje que hoy me tocó interpretar en mis juegos con mi nieto y es que su imaginación no tiene límites y siempre tiene en mente algún nuevo juego que escenificar.  

Paso de ser Koyra, a representar al topo Gigio, puedo ser un super héroe o un villano  según la ocasión; nos volvemos invisibles, o somos viajeros del espacio recorriendo la galaxia entera en nuestra nave. Construimos pistas de  carreras y parques de diversiones. También cantamos, coloreamos, leemos,  paseamos de la mano, y conversamos compartiendo  tardes de café/chocolate. 

Tengo la dicha de ser abuela, Oma para ser mas exacta, y lo disfruto a mas no poder. Mi nieto nació en tiempos de pandemia, de encierro, de temor, de desánimo y vino a traer a nuestras vidas luz, esperanza,  amor incondicional, alegría, motivación.

A su lado es fácil poner entre paréntesis los problemas y las preocupaciones, las tristezas y el pesar. Y reemplazar esto por risas y juegos.  Estoy segura que estos tiempos de duelo hubieran sido mucho mas difíciles sin su compañía. Al jugar y dejar salir al niño interior que llevamos dentro el mundo cambia de color. Y sus abrazos llenan el corazón de amor.


domingo, 24 de marzo de 2024

Es buen momento para...


 

Retomar la vida

Retomar el tiempo 

Retomar caminos

Retomar los sueños

 

Agradecer los recuerdos

Agradecer la nostalgia

Agradecer lo vivido

Agradecer que respiro

 

Aceptar el llanto

Aceptar el miedo

Aceptar los retos

Aceptar los cambios


Recobrar el entusiasmo

Recuperar la alegría

Emprender nuevos caminos

Y sentir que hoy estoy viva

martes, 19 de marzo de 2024

Una pena entre dos...




es menos atroz... era la frase que identificaba el segmento de una consejera sentimental en un programa cómico de los 80´s. Y vaya que he comprobado lo cierto de esta afirmación en estos últimos tiempos en que me ha tocado vivir momentos tan difíciles y tristes.

He tenido la suerte de contar con buenas amistades que me han acompañado de cerca y de lejos, que me han prestado su hombro y han sabido escuchar mis palabras y más difícil aún mis silencios. Han podido leer en mi mirada o en el timbre de mi voz como me sentía y me han brindado apoyo, comprensión y consuelo . 

Han dicho muchas veces la frase precisa en el momento oportuno y también han sabido otras tantas veces guardar silencio y simplemente estar. 

Que tesoro tan valioso que son los amigos, y que bendición tan grande contar con ellos!

martes, 12 de marzo de 2024

De colores...

 


La semana pasada me provocó pintar, cosa que no me ocurría hacía mucho tiempo. Tenía guardado un blog de mandalas para colorear, esperando su momento de ser usado así que puse manos a la obra y me senté con mis lápices de colores esparcidos sobre la mesa para ver que color me llamaba.

Y sentí un deseo irrefrenable de pintar con amarillo, y luego naranja y luego rojo y volvía al amarillo y un poco de verde y vuelta al amarillo. Y yo misma estaba sorprendida de que los colores mas vivos y alegres fueran los que me invitaban a colorear. Antes de empezar no había planeado que colores usaría, pero algo en mi estado de ánimo de los últimos tiempos me hacía pensar que predominarían otros tonos. 

Será que mi estado de ánimo estaba de colores brillantes? O será que los colores brillantes me subieron el ánimo? Sea como sea estoy disfrutando mucho de colorear y no es la primera vez que al atravesar etapas difíciles, el pintar me ha ayudado mucho. Asi que seguiré pintando!

miércoles, 6 de marzo de 2024

Hay que sacarlo todo afuera...

... como la primavera, nadie quiere que adentro algo se muera… 


Mercedes Sosa nos canta así en una de mis canciones favoritas. Y algo así me sucedió hace un par de meses en que participé de un taller de escritura llamado “como me da la gana”. Su nombre me sonó divertido y pensé que sería bueno hacer alguna actividad que me distraiga y me vaya sacando de la tristeza y desgano de los últimos meses. No sabía que me metía a la boca del lobo. 

En el mes que duró el taller hice un recorrido por muchos momentos de mi vida, desde la infancia hasta el momento presente. Fue increíble ver como una pregunta, una palabra, un inicio de párrafo o el título que debíamos darle a nuestro escrito podía despertar tantos recuerdos y sentimientos que estaban apaciblemente dormidos. Hubo dolor, tristeza, alegría, nostalgia, rebeldía, confrontación, cuestionamientos, aceptación. Era como si cada recuerdo clamase por salir y ser escrito y las palabras fluyeran al compás de los pensamientos, solo había que dejarse llevar y sentir. 

Ahí entendí dos cosas, primero que aún tenía mucho adentro por sacar y procesar y segundo que escribir es totalmente sanador. Recordé también que en un taller de lectura que lleve hace un tiempo, el profesor solía decirnos que la mejor literatura nace de “los asuntos” del autor. Es decir, de sus vivencias y pesares. Ahí se escribe con el alma. 

El taller se convirtió en una suerte de terapia grupal para todos los participantes. Cada quien pudo descargar un poco la mochila que llevaba encima y terminar un poco más ligeros de peso.



domingo, 3 de marzo de 2024

Pasa el tiempo....


 

…y no se detiene.

Vengo a visitar mi rincón y noto con incredulidad que han pasado ya 4 años desde que escribí mi último post. Fue en marzo de 2020 y acababa de empezar la cuarentena por la pandemia del Covid.

Rodeados de un silencio extraño, viendo por la  ventana las calles vacías y desoladas, y sintiendo en el aire el temor ante lo desconocido, nuestras cabezas se llenaban de preguntas. Se solucionará? Cuánto tiempo durará? Qué pasará?

Fue como si nos pusieran en modo pausa y todo transcurriese más lento. Nuestras vidas dieron un giro inesperado y nos llenamos de nuevas costumbres y rutinas.  Limpieza, desinfección, protección y distancia fueron parte de nuestro día a día.

También estuvieron presentes el miedo, las pérdidas,el desempleo, el aislamiento, la soledad,el dolor, los cambios, la tristeza, la desolación, la desconfianza, el temor, el vacío, la desesperanza. Todo se veía muy negro y sin visos de solución.

Pero como siempre pasa en la vida, los días se fueron sucediendo, y el panorama se fue aclarando. Atisbos de alegría ante el nacimiento de un nuevo ser, o ante un  reencuentro,  lágrimas de emoción, sentimientos de amor y amistad, motivos de alegría, largas conversaciones, motivación, reconciliaciones, unión, retomar las visitas, acercamientos, perdón y nuevamente  esperanza.

Aprendimos a valorar lo que es importante, a apreciar más la vida, a necesitar menos y a disfrutar más.

Y volvimos al ruedo, pero algo en nuestro interior cambió y nos marcó la vida. Sobrevivimos, superamos pérdidas y seguimos adelante con nuevos bríos.

Pero el 2023 empezó para mí con un remezón, una hecatombe. Mi compañero de vida por más de 40 años partió de este mundo de un modo tan inesperado y abrupto que me fue difícil de asimilar.  Justamente el haber compartido el tiempo de pandemia nos había acercado y complementado mucho y de pronto él no estaba más.

Pase todo el año entre paréntesis, en una especie de nebulosa. He llorado cuanto he sentido necesario,  lo he recordado mucho y me he reencontrado conmigo misma aprendiendo una vez más a conocerme. Se que este tiempo era necesario y reparador y sigo adelante mi camino dejándome sorprender. 

He recordado también lo sanador que es escribir, y sacarlo todo afuera. En mi cabeza escribo siempre y de todo, pero es muy distinto plasmarlo en papel. Y eso es lo que me propongo hacer, escribir, procesar, sanar y una vez mas atreverme a sonreír…

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