lunes, 30 de marzo de 2009

Nuevo miembro en la familia......

Desde hace aproximadamente 5 meses, nuestra vida familiar dio un giro inesperado pues vino a vivir con nosotros una tía de mi esposo que tiene 91 años de edad. Ella vivió casi toda su vida con su hermana, pero al morir ésta el año pasado quedó sola y le propusimos venir a casa. Al principio no quería, pero finalmente terminó aceptando.

Cuando la conocí era una mujer independiente, preocupada, eficiente, siempre dispuesta a darte una mano o llevarte donde lo necesitaras pues tenía su carrito y se trasladaba sóla.


Ahora, que vive con nosotros me admira la facilidad con que pasa de ser una niña que se frustra y llora por cualquier cosita, a una persona lúcida con la que puedo salir a pasear y tomar un cafecito; luego puede ser una experta decoradora al tender la mesa, para luego hacer una pequeña "rabieta" si se entera que voy a salir de casa, teniendo que llegar al extremo de salir de puntillas.

Ha sido necesario vivir con ella para darnos cuenta de hasta que punto puede ser dependiente o necesitar compañía, la imagen de autosuficiencia que teníamos de ella ha cambiado mucho.

A ella le cuesta sentirse parte de la familia y piensa que es una carga para nosotros, no acepta que de eso se trata justamente el ciclo de la vida, y que ahora es nuestro turno de atenderla y brindarle ese hogar y amor que ella necesita. Al no tener hijos, no se cree merecedora de cariño, no entraba en sus consideraciones que alguien pudiera velar por ella en su vejez.

Pero de lo que si estoy segura es de que esta experiencia que nos ha tocado vivir será enriquecedora para cada uno de nosotros, y nos ayudará a conservar un poco la "humanidad" en este mundo que va tan de prisa.

jueves, 26 de marzo de 2009

Cree en tí....

¡ Si confias en tus capacidades y crees un poco más en tí mismo, puedes lograr todo lo que te propongas.
Sólo necesitas convencerte de que eres capaz de hacerlo y trabajar arduamente en ello !

A veces dudamos de nuestras propias capacidades, y necesitamos que alguien más nos las haga ver.

Corría el año 1980, yo tenía 18 años de edad y trabajaba por mi cuenta preparando tortas y postres que vendía a restaurantes o entre amistades y hubo una fuerte escasez de productos, en especial azúcar, harina, leche, todos ellos indispensables para la elaboración de mis postres.

Una amiga que solía comprarme postres, tenía una academia de aviación comercial, y al ver los apuros en que andaba para abastecerme me hizo una propuesta, prepararme en su academia para dar clases en ella y tener así otro medio de subsistir.

Aquí debo hacer un parentésis y comentarles que suelo ser tímida y en esa época lo era aún más y jamás me había visto a mi como profesora, pero ella creía en mí y en mis capacidades, y me convenció de intentarlo.
Habrían transcurrido dos semanas de aprendizaje intensivo con el supervisor de la academia cuando se ausentó sin previo aviso una profesora, y por coincidencia ese día yo estaba en la academia.

Jamás olvidaré cuando mi amiga y el supervisor se miraron y me dijeron :

-"Tú puedes reemplazarla".
Yo hubiera querido que la tierra me trague antes de entrar a ese salón de clases, pero ellos creían tanto en mí que me convencieron de que SI podía hacerlo y prácticamente me lanzaron a la piscina..............y pude nadar. Trabajé en esa academia por un lapso de casi 3 años, hasta que la vida me llevó por otros caminos.

lunes, 23 de marzo de 2009

¿Pregunta insignificante?

Cuentan que en una escuela, llegó un profesor a tomar un examen sorpresa. Los alumnos recibieron el examen y al revisar cuales eran las preguntas, leyeron con sorpresa que la última decía:
-" ¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?"

Todos pensaron que se trataba de algún tipo de broma. En realidad, todos conocían a la señora de la limpieza, incluso podían describirla, pero pocos conocían su nombre.

La mayoría dejó la pregunta sin responder, y no faltó el alumno que le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen.

-"Absolutamente", respondió el profesor. En su vida ustedes conocerán muchas personas, y deben entender que todas son significantes y merecen nuestra atención, aún si sólo cruzaremos una sonrisa y un saludo con ellas.

jueves, 19 de marzo de 2009

Tres opciones.......


Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar, pues cada vez que solucionaba un problema, otro surgía.
Su padre, que era chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo, llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte.
Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperaba impaciente preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego.
Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón, sacó los huevos y los colocó en otro tazón, coló el café y lo puso en un tercero. Mirando a su hija le dijo:
-"Querida, ¿qué ves?"
-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomará un huevo y lo rompiera, al sacarle la cáscara observó un huevo duro.
Finalmente le pidió que probara el café.
Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y le preguntó a su padre que significado tenía aquello.
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura, pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido, pero después de estar en el agua hirviendo su interior se había endurecido.
Sin embargo, los granos de café eran únicos, pues ellos habían cambiado el agua hirviente convirtiéndola en una deliciosa bebida.
Y le preguntó a su hija:
-"¿Cuál eres tú cuando la adversidad llama a tu puerta? ¿Eres una zanahoria, un huevo o café?"



Y tú, ¿con cuál te identificas?

martes, 17 de marzo de 2009

Un hallazgo......


Hace unos días ordenando cajones encontré un pequeño tesoro guardado en una cajita de aretes, y amarrado con una hermosa cinta. Era la colección de dientecitos de leche que mis niños le dejaban bajo la almohada al ratón cuando eran pequeños.
Y se me ocurrío buscar información acerca del famoso ratón, y descubrí que en algunos países, es el ratón, en otros es el hada de los dientes, e inclusive hay algunos en el que el papel lo desempeña un duende.

Algunos atribuyen la creación del personaje al padre Luis Coloma, escritor y periodista español, a finales del siglo XIX, a quien los reyes le pidieron que le escribiera un cuento a Alfono XIII, que entonces tenía 8 años y acababa de perder un diente.

Según este cuento, el ratón vivía con su familia dentro de una gran caja de galletas, en un almacén de una confitería famosa a pocos metros del Palacio Real.
El pequeño roedor se escapaba frecuentemente de su domicilio y, a través de las cañerías de la ciudad, llegaba a las habitaciones de Alfonso XIII y las de otros niños más pobres que habían perdido algún diente, llevándose los dientecitos y dejando a cambio un regalito.

La otra historia cuenta que una ostra había perdido su perla y quería recuperarla. Esto llegó a oidos de un ratoncito apellidado Pérez quién buscando por aquí y por allá, encontró en la mesita de noche del niño de la casa en que habitaba un diente que podría semejarse a la perla pues era blanco, pequeño , duro y brillante, así que lo tomó y le dejo al niño a cambio una moneda de plata y volvió a la playa a entregarle a la ostra el diente quién quedó feliz, pues el diente era del mismo tamaño de la perla que había perdido.

viernes, 13 de marzo de 2009

El ciego y la luz


Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo.

Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves.
Y Guno le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...

martes, 10 de marzo de 2009

Sé tú mismo

En algún lugar que podría ser cualquier lugar y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, crecía un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.

El pobre tenía un problema: ¡ No sabía quién era !

-"Lo que te falta es concentración, le decía el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas, ¡ve que fácil es!"

-"No lo escuches", exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y ¡ve que bellas son!"

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez mas frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:
-"No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres de la Tierra. Yo te daré la solución.... No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo, conócete.... y para lograrlo, escucha tu voz interior".
Y dicho esto, el búho desapareció.

-"¿Mi voz interior?.... ¿Ser yo mismo?....¿Conocerme?....", se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto comprendió.

Y cerrando los ojos y los oidos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

-"Tú jamas darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje.... Tienes una misión, cúmplela!"
Entonces el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.

Así , pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Autor desconocido.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Te envío un abrazo......

.....estaba pensando en lo bien que se siente uno cuando recibe o da un abrazo, es como una caricia para el alma.
Cuando mis hijos eran pequeñitos, solía abrazarlos para ayudarlos a dormir , en especial cuando estaban enfermos y yo intuía que eso los aliviaba, ahora descubro que efectivamente es beneficioso y que existe una terapia basada en los abrazos, la abrazoterapia.

Un abrazo nos brinda confianza, protección, seguridad, bienestar, alivio, fortaleza, nos ayuda a superar momentos tristes o a amainar la cólera, nos acerca al otro.


Vivimos una vida tan ajetreada que muchas veces no nos damos un tiempo para algo tan sencillo como es abrazar, podemos abrazar a nuestros hijos, nuestra pareja, nuestros ancianos, nuestros amigos. Hay gente solitaria que nunca recibe un abrazo.
Quiero compartir con ustedes esta historia que encontré en internet:

Hace veinte años, yo manejaba un taxi para vivir. Un día recibí una llamada de unos pequeños edificios en una tranquila zona de la ciudad. Cuando llegué , caminé hacia la puerta y toqué...

-"un minuto" respondió una voz frágil.

La puerta se abrió y hallé a una mujer pequeña de unos ochenta años . Llevaba puesto un vestido floreado, y un sombrero con un velo. A su lado una pequeña maleta de nylon. Todos los muebles estaban cubiertos con sábanas, no había relojes en las paredes, ninguna baratija o utensilio.

La señora repetía su agradecimiento por mi gentileza. Cuando llegamos al taxi me dio una dirección, entonces preguntó:

- ¿Podría manejar a través del centro?

- Ese no es el camino corto, -le respondí rápidamente-.

- No importa, -dijo ella-. No tengo prisa, estoy camino del asilo.

La miré por el espejo retrovisor, sus ojos estaban llorosos.

- No tengo familia, -continuó-, el doctor dice que no me queda mucho tiempo de vida.

Tranquilamente estiré mi brazo y apagué el taxímetro.

- ¿Qué ruta le gustaría que tomará? -le pregunté-.

Por las siguientes dos horas manejé a través de la ciudad. Ella me enseñó el edificio donde había trabajado como operadora de elevadores. Manejé hacia el vecindario donde ella y su esposo habían vivido cuando ellos eran recién casados. Ella me pidió que nos detuviéramos enfrente de un almacén de muebles donde una vez hubo un salón de baile, al que ella iba a bailar cuando era joven. Con el primer rayo de sol apareciéndose en el horizonte, ella repentinamente dijo:

- Estoy cansada, vámonos ahora.

Manejé en silencio hacia la dirección que ella me había dado. Era un edificio bajo, como una pequeña casa de convalecencia, dos asistentes vinieron hacia el taxi tan pronto como nos vieron. Yo abrí la cajuela y dejé la pequeña maleta en la puerta. Hicieron que la señora se siente en una silla de ruedas. Casi sin pensarlo, me agaché y la abracé. Ella me sostuvo con fuerza, y dijo:

- ¡Oh, necesitaba un abrazo!



¿Y tú? ¿ Te animas a practicar la abrazoterapia?
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