....y oportunidades también...

Pues si, así como a veces encontramos piedras en el camino, otras tantas nos cruzamos con oportunidades que no siempre logramos identificar.

Obstruyen (aparentemente) nuestro camino, y no nos dejan avanzar según lo trazado. Rondan nuestra cabeza y nuestra vocecilla interior se debate entre el sí y el no.

Hay días en que somos arriesgados y decidimos tomarlas. Otros en cambio, caemos presas del temor y las pasamos por alto.

¿Será acaso que nuestra decisión siempre es acertada y hacemos bien en no tomar algunos riesgos?

¿O quizás, inconscientemente, sólo tomamos aquellas que realmente serán positivas en nuestro camino?

Es muy difícil dar una respuesta tajante, tenemos que dejarnos guiar por nuestro instinto. Y cada quien sacará su propia conclusión.

Por mi parte les contaré que enero me trajo una oportunidad en apariencia difícil de tomar, pero tal parece que llegó en el momento preciso y casi sin pensarlo la tomé.

Muy al contrario de mi habitual proceder, no medité mucho al respecto y me dejé llevar. Escuché, pensé, decidí, realicé, me enriquecí.

Así resumiría las cosas.

Ahora la vida vuelve a la normalidad, retomo mi rutina, mi lugar, mi trabajo, mi blog, pero indudablemente hay algo nuevo en mí, una grata sensación de "hice bien", y "pude".

Quiero hoy compartir con ustedes este poema que leí hace poco y me parece que "viene a cuento":

Las flores se abrirán en tu jardín,

pero a menos que abras tu ventana

nunca disfrutarás de su fragancia.

Los pájaros volverán en primavera,

pero si sigues encerrado en tu sótano

ni siquiera sabrás que el invierno ya pasó.

El sol saldrá sin duda mañana,

pero si no levantas la mirada al cielo

sus rayos jamás iluminarán tu rostro.

Si permaneces quieto, demasiado quieto,

dejas de ser un hombre y te vuelves estatua,

y entonces la vida deja de fluir a través de tí.