Tiempo de dar....

Es increible con la rapidez que transcurren los días, y casi sin sentirlo nos encontramos ya a mediados de diciembre. Pronto llegará a su fin este año, y siempre la época navideña nos arrastra en una marea de contradicciones.

Por un lado intentamos realizar un balance del año que se va y planeamos nuevos propósitos para el año venidero.

También celebramos la navidad, y en nuestro entorno vemos como las tiendas se llenan de tentadoras ofertas y productos para regalar, y poco a poco vamos entrando en esa vorágine que nos arrastra y perdemos de vista lo esencial. Siempre recuerdo aquel año, allá por los 90's, en que tenía un stand en un campo ferial, y por navidad miraba sorprendida como la gente se acercaba a comprar lo que hubiera disponible para regalar, sin pensar en el precio o en lo que agradaría a quien recibiría el regalo. Así nos dejamos arrastrar por el consumo!

Navidad es tiempo de reflexión, de compartir, de sembrar, de amar , inténtemos estos días hacer la diferencia con pequeños detalles que muestren amor y desprendimiento. Pensemos en el prójimo y pongamos manos a la obra. Recordemos siempre que todos tenemos la capacidad de llevar rayitos de luz a otros y que nuestra meta cada día sea esa, el iluminar con detalles a aquel que está cerca nuestro, aquel con quien nuestro camino se cruza , al anciano que ya nadie visita porque sus conversaciones siempre son las mismas, al niño que nos mira con sus ojazos confiados, o aquel que no tiene como saciar sus carencias. Cada pequeño detalle que podamos realizar será alimento invalorable para nuestro corazón!

Cuentan de una señora que iba caminando por la calle y vió una niñita temblando de frío con un vestidito ligero, y con poca esperanza de encontrar algo para comer. Enojada miró al cielo y se dirigió a Dios diciendo:

-¿Por qué permites esto? ¿Por qué no haces algo para remediarlo?

Por un rato Dios no dijo nada, luego le respondió:

-Ya hice algo para remediarlo.......Te hice a tí.