El más ingenioso...

Cuentan que en Etiopia, un anciano en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y les dijo:

- Son pocas mis posesiones y no las puedo dividir entre tres, así que he decidido proponerles una prueba y el que yo considere que logró la meta será mi heredero.

Encima de la mesa he dejado tres monedas, una para cada uno de vosotros. Toménla. Y el que compre con esa moneda algo con lo que pueda llenar la casa, se quedará con todo.

Se fueron.

El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad.

El segundo hijo compró sacos de plumas, pero no consiguió llenar la casa mucho más que el anterior.

El tercer hijo compró un pequeño objeto. Era una vela. Esperó hasta la noche, la encendió y llenó la casa de luz.