Mamama y sus hermanas |
Quiero compartir con ustedes una historia que leí el día de ayer y me dejó gratamente sorprendida:
Una anciana de ochenta y cinco años estaba siendo entrevistada con motivo de su cumpleaños. La periodista le preguntó qué consejo daría a las personas de su edad para mantenerse con vida y salud.
"Bueno - respondió la anciana-, a nuestra edad es muy importante no dejar de usar todo nuestro potencial; de lo contrario este se marchita.
Es importante estar con la gente y, siempre que sea posible, prestar un servicio".
¿Puedo preguntarle exactamente qué servicio brinda usted a su edad?
"Cuido de una anciana que vive en mi barrio", fue su inesperada respuesta.
Esta historia me recordó a su vez una anécdota que me sucedió hace un par de años. En la parroquia a la que asisto participa una señora de edad que tiene mínimo 80 años. Pese a que se le ve independiente, también inspira el sentimiento de protegerla. Un día, estábamos en una reunión y me tocó estar sentada a su lado, cuál no sería mi sorpresa cuando se paró y exclamó "mi mamá!" y yo incrédula volteé a mirar y efectivamente una viejita mayor que ella entró y se nos acercó y resultó ser su mamá; sorpresas te da la vida.
Un buen motivo para vivir en paz y tener una larga vida, "servir a los demás", lindo ejemplo.
ResponderEliminarUn beso
Um conselho com muita sabedoria e actualidade.
ResponderEliminarNão são apenas os mais velhos que devem procurar ser úteis mas também os mais novos aprenderem hábitos de se darem em prol da comunidade.
Morre quem deixa de sonhar...
Genial¡¡ El servicio es felicidad, y siempre podemos de una forma o otra , servir a los demás
ResponderEliminarBuen fin de semana¡
Conozco a una anciana de 80 años que se dedicó solo al hogar y con una vida muy holgada y ahora está llena de enfermedades y achaques. Y a otra que se ha dedicado al servicio humanitario y es más ágil mental y físicamente que cualquier chamaca. Creo que al servir a otros, al organismo no le queda más opción que mantenerse en condiciones.
ResponderEliminarMucho nos enseñan esas ancianas... Hay que aplicarnos, para llegar a ser unas ancianas funcionales.
Besos.
Gracias por tanta ternura!
ResponderEliminarBesos Soñadora.
Es envidiable ese buen ánimo. Mi madre, hace dos años con 85, se apuntó en la parroquia al grupo de visitar ancianos ¡Dios mío! luego ella misma comprobó que no era posible pero no la coartamos, intentamos que se mantenga optimista y positiva ¡y generosa!
ResponderEliminarYo quiero ser así de mayor.
Carmen Rosa, servir a los demás alegra y llena de paz.
ResponderEliminarBesitos,
Luis Rodriguez, es cierto, todos hemos de pensar en el otro y procurar el bien de la comunidad.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, un abrazo!
Miriam, el servicio alegra al alma!
ResponderEliminarUn beso grande y gracias por tu visita!
Sara, buenos ejemplos los que compartes, aprendamos para poder servir con alegría!
ResponderEliminarBesitos,
Adriana, gracias a tí por tus visitas que siempre alegran.
ResponderEliminarBesos!
Fran, que lindo lo que cuentas de tu madre, yo también quisiera ser así, trabajemos desde ahora por ello.
ResponderEliminarUn abrazo,