domingo, 29 de julio de 2012

Pensamiento poderoso...





Los pensamientos
fluyen entremezclados
y sin distinción...



Pensaba el otro día en la cantidad de pensamientos que confluyen en nuestra mente a cada instante: alegrías, tristezas, proyectos, recuerdos, celos, preocupaciones, resentimientos, prejuicios, deseos,  temores, inseguridades, planes, frustraciones, sueños.
Todos  intentan llevar la voz cantante, y generalmente son ellos los que  determinan como enfrentamos una situación determinada, que decisiones tomamos,  si triunfamos o fracasamos en algún proyecto, si alimentamos rencores u optamos por el camino del perdón, cuanto nos estimamos y valoramos,  o cuanta confianza nos tengamos.
Nos incitan a ser cobardes o valientes, a aceptar nuevos desafíos o a  permanecer en nuestra zona de confort. Es por causa de ellos, más que de factores externos que muchas veces sentimos que una situación nos desborda y que no podemos controlarla, y en mas de una ocasión, aturdidos por ese torbellino de pensamientos, damos un paso en falso empeorando aún más las cosas.
Es por ello que es tan importante serenar la mente, aquietar los pensamientos, calmarlos, cerrar los ojos, respirar profundo,buscar la paz interior;
respirar de nuevo, intentar pensar algo alegre o positivo, confiar en que lo lograremos;
respirar una vez más, ahuyentar nuestros temores, sonreir desde lo profundo;
volver a respirar, sentir como el  aire  limpia nuestra mente y depura nuestras ideas,  centrar nuestra atención en un pensamiento a la vez, respirar profundo.
No olvidemos que la mayoría de tormentas, problemas, batallas y resquemores se libran en nuestro interior, y de nosotros mismos depende el prestar atención, percatarnos cuando la mente entre en pánico y trabajar por cambiarlo.

sábado, 21 de julio de 2012

Un paso "difícil" de dar...


y en esta ocasión no hablo metafórica sino literalmente. 

Buscaba en días pasados una imagen que acompañase al haiku que publicaría en Mi Rincón de Haikus,  cuando me topé con una foto que me pareció idónea. Representa un par de zapatillas que suben por unos escalones de piedra muy empinados. No hice más que ver la imagen y mágicamente mis recuerdos me llevaron de paseo al año de 1989. 

Me encontraba de visita en Mexico, acompañando a mi esposo a una convención de trabajo. Para mí era toda una aventura pues era la primera vez que tenía la oportunidad de viajar fuera del Perú; y como suele suceder en esta clase de eventos, el trabajo se mezcla con los paseos y la diversión, por lo que tuvimos la oportunidad de visitar muchos lugares turísticos, entre ellos Teotihuacán.

Yo contemplaba admirada todo a mi alrededor, y cuando en el grupo propusieron subir a la Pirámide del Sol, accedí encantada y sin pensarlo mucho. Empezamos la ascensión un buen grupo, pero conforme subíamos, muchos quedaban rezagados y a cada tramo  el grupo se reducía. 

Los escalones eran bastante altos y empinados y todo iba bien conmigo, pero al llegar  al último descanso, y faltando tan solo un tramo para alcanzar  la cima, cometí el “error” de mirar hacia atrás y me percaté de lo mucho que habíamos subido, pero especialmente de lo empinado y estrecho de los escalones. El miedo prácticamente me paralizó, no entendía como haría para descender, y tampoco me atrevía a terminar de subir pues se veía demasiado empinado.

Me senté en el suelo convencida de que no quería ni subir ni bajar.   Los que quedaban en el grupo me animaban a continuar y una señora de la zona, que vendía artesanías me reveló su secreto: me dijo que al bajar debía hacerlo en diagonal y no de frente, y que de esa manera se me haría más fácil. Animada por su consejo decidí continuar el ascenso y me di el gusto de ser la única mujer de nuestro grupo en llegar a la cima. 

Luego de disfrutar de la vista, tomarnos una foto para el recuerdo  y relajarnos un rato,  nos dispusimos a descender. Yo opté  por bajar algunos tramos sentada (qué papelón!!) , y otros en diagonal como me recomendó la señora, y al final pude decir para mis adentros ¡misión cumplida!


viernes, 6 de julio de 2012

Hoy elijo...



Hoy elijo…
escribir una poesía,
cantar una canción,
pintar un bello cuadro,
bailar con emoción…
Hoy elijo…
descartar lo negativo,
rescatar lo positivo,
evitar las críticas,
apartar las quejas…
Hoy elijo…
cuidar mis pensamientos,
vigilar mis palabras,
olvidar  resentimientos,
dar cabida al perdón…
Hoy elijo…
sembrar flores a la vera del camino,
distinguir el sol en el cielo nublado,
pecibir el canto de un ave en el bullicio,
jugar con mi niño interior…
Hoy elijo…
tender mis manos,
escuchar con atención,
trabajar con entusiasmo,
sonreir a discreción…
Hoy elijo…
perdonar…me,
aceptar…me,
valorar…me,
amar…me…

Soñadora
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