y en esta ocasión no hablo metafórica sino
literalmente.
Buscaba en días pasados una imagen que acompañase al haiku
que publicaría en Mi Rincón de Haikus, cuando me topé con una foto que me
pareció idónea. Representa un par de zapatillas que suben por unos escalones de
piedra muy empinados. No hice más que ver la imagen y mágicamente mis recuerdos
me llevaron de paseo al año de 1989.
Me encontraba de visita en Mexico, acompañando a mi esposo a
una convención de trabajo. Para mí era toda una
aventura pues era la primera vez que tenía la oportunidad de viajar fuera del
Perú; y como suele suceder en esta clase de eventos, el trabajo se mezcla con
los paseos y la diversión, por lo que tuvimos la oportunidad de visitar muchos
lugares turísticos, entre ellos Teotihuacán.
Yo contemplaba admirada todo a mi alrededor, y cuando en el
grupo propusieron subir a la Pirámide del Sol, accedí encantada y sin pensarlo mucho.
Empezamos la ascensión un buen grupo, pero conforme subíamos, muchos quedaban
rezagados y a cada tramo el grupo se
reducía.
Los escalones eran bastante altos y empinados y todo iba
bien conmigo, pero al llegar al último
descanso, y faltando tan solo un tramo para alcanzar la cima, cometí el “error” de mirar hacia
atrás y me percaté de lo mucho que habíamos subido, pero especialmente de lo
empinado y estrecho de los escalones. El miedo prácticamente me paralizó, no
entendía como haría para descender, y tampoco me atrevía a terminar de subir
pues se veía demasiado empinado.
Me senté en el suelo convencida de que no quería ni subir ni
bajar. Los que quedaban en el grupo me
animaban a continuar y una señora de la zona, que vendía artesanías me reveló su
secreto: me dijo que al bajar debía hacerlo en diagonal y no de frente, y que
de esa manera se me haría más fácil. Animada por su consejo decidí continuar el
ascenso y me di el gusto de ser la única mujer de nuestro grupo en llegar a la
cima.
Luego de disfrutar de la vista, tomarnos una foto para el recuerdo y relajarnos un rato, nos dispusimos a descender. Yo opté por bajar algunos tramos sentada (qué papelón!!) , y otros en diagonal como me recomendó la señora, y al final pude decir para mis adentros ¡misión cumplida!
Que suerte que siempre aparezca un "ángel" en el camino que nos cuente el truco el secreto para vencer nuestros miedos o deblidades
ResponderEliminarGenial la anécdota y felicidades por subir hasta arriba... y bajar ja ja ja
Para aprender a dar esos pasos difíciles de la vida solo es cuestión de encontrar el truco, de no ver a la cara a nuestro temor, tal vez, sino solo ser positivos y enfocarnos en la meta, claro, sin olvidar que es una gran prueba pero con la certeza de que finalmente venceremos...
ResponderEliminarBesos! :)
Nos has dejado una magnífica vivencia Soñadora.
ResponderEliminarLa foto está preciosa.
Cariños.
Me ha encantado la historia que nos regalas, y la foto.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por superar tus miedos y llegar a la cima! Ah, y encontrar la forma de bajar, jeje.
Seguro que las vistas desde arriba eran maravillosas.
Besos.
Qué bien que nos haces la narración, pues cuando vi la foto de ese Haiku, lo primero que pensé fue los ascensos de pirámides y mira que justo por allí iba el asunto, jajaja.
ResponderEliminarCualquiera sube, pero no cualquiera baja, si se siente mucho miedo.
Saliste bien linda en la foto, gracias por compartirla.
Un abrazo.
Hola SOÑADORA
ResponderEliminarGracias por compartir tu historia. Realmente así sucede en la vida, cuando avanzamos sin darnos cuenta de los peligros todo va bien, pero si luego surge el miedo... nos paralizamos, siempre el miedo paraliza. Que linda foto del recuerdo.
Un beso
No hay nada mas gratificante que llegar a la cima, detenernos y saborear la llegada, mirar alrededor y hacia abajo y aunque nos de vertigo y nos preguntemos como pudimos lograrlo?? lo importante es que estamos allí y que a pesar de esos miedos, de ese esfuerzo, a veces incluso sacrificios, lo hemos conseguido.
ResponderEliminarBella experiencia sin duda paralela a la vida, a la vida de una soñadora, porque si nuestra cima son sueños, la escalada es mas gratificante.
Besos
Bonita historia!! y gracias a Dios superastes el miedo!
ResponderEliminarque lindo es recordar!
Un abrazo!
Que bonita experiencia Soñadora. Al inicio se sufrió pero sin duda pasan los años y queda un grato recuerdo.
ResponderEliminarSaludos!
me dijo que al bajar debía hacerlo en diagonal y no de frente, y que de esa manera se me haría más fácil. Animada por su consejo decidí continuar el ascenso y me di el gusto de ser la única mujer de nuestro grupo en llegar a la cima.
ResponderEliminarSiiiii los Mexicanos sabemos eso , hay que bajar diagonalmente :)
Un beso, tenía mucho de no poder pasar por tu bello espacio , no dejemos de soñar NUNCA
Miriam, en verdad que tenemos suerte de tener siempre algún ángel cerca, y no te equivocas, lo más difícil fue bajar! jejeje
ResponderEliminarNiriel, que importante lo que mencionas, es como que tenemos que tener en la mira la meta y dirigirnos hacia ella sin titubear!
ResponderEliminarBesitos,
Gracias Adriana, creo que en nuestro día a día siempre se nos presentan vivencias de las que vamos aprendiendo no?
ResponderEliminarBesitos,
Sonia, la verdad que fue muy gratificante lograrlo,y ya lo creo que valió la pena!
ResponderEliminarBesitos,
Sara, buena intuición la tuya al ver la foto, jejeje, la voz de la experiencia!
ResponderEliminarFue una experiencia maravillosa ese viaje, lo disfruté muchísimo.
Besitos,
Carmen Rosa, que poder tan grande que tiene el miedo sobre nosotros no? Le damos mucho poder en nuestra vida.
ResponderEliminarBesitos,
Amparo, tienes razón, es muy gratificante llegar a la cima!
ResponderEliminarBesitos!
Camelia, es lindo cuando los recuerdos salen a flote no? Y es increible como un olor, una imagen, nos lleva a un evento de hace tiempo como si hubiese ocurrido ayer.
ResponderEliminarBesitos,
Asi es Diego, fue gratificante en su momento y también al recordarlo.
ResponderEliminarBesitos,
Patricia, ustedes si que lo saben no? Y gracias a ello pude bajar sana y salva! jejeje
ResponderEliminarMe alegra mucho volver a saber de tí!
Besitos,