Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban un buen amigo debido a su calidad personal.
Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un hombre que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno le dijo al profesor:
-Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver qué expresión tiene su cara cuando no los encuentre.
-Mi querido amigo –le dijo el profesor–, nunca debemos tratar de divertirnos a expensas de los demás. ¿Por qué en vez de asustarlo no tratas de alegrarlo?
El estudiante lo pensó unos instantes y luego colocó algo de dinero en cada zapato. Luego, ambos se ocultaron para observar la reacción del hombre.
El hombre pobre terminó sus tareas y cruzó el terreno en busca de sus zapatos. Deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo dentro se agachó para ver qué era y encontró el dinero. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado.
Miró el dinero varias veces, le dio vuelta y lo volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no veía a nadie. Lo guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar más dinero.
Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma, sin ayuda, de sus hijos que no tenían pan y que, debido a una mano desconocida y generosa, hoy no morirían de hambre.
El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Ahora –dijo el profesor–, ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?
El joven respondió:
-Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir… muchísimas gracias, maestro.
sin duda didáctico y aleccionador este relato. Un abrazo.
ResponderEliminarsiempre es mejor dar que recibir, sin duda alguna, buen relato!
ResponderEliminarun saludo!
Una lección ejemplar. Precioso y emotivo relato.
ResponderEliminarUn beso cielo.
P.D. Sé que tengo algunos seguidores pero no había puesto el gadget. Gracias. Nos seguiremos.
Un besito.
Hola Soñadora¡
ResponderEliminarHermoso relato y estoy de acuerdo con la leccion "es mejor dar que recibir"¡¡¡¡¡¡
Besitos y feliz fin de semnana¡¡¡¡
HERMOSISIMA LECCION DE VIDA Y AMOR¡¡¡ ME ENCANTO LEERLA
ResponderEliminarTE DEJO UN BESO BIEN GRANDE PARA EL FIN DE SEMANA¡¡¡
Hermoso relato!!! Siempre y sin dudar es mejor dar que recibir, dando nos sentimos llenos y esa sensacion es sublime...
ResponderEliminarTe mando muchos besos y que tengas un hermoso domingo!
Cierto, si le hubiese gastado la broma, se habría reido mucho, habría tenido un rato de risas, pero regalar el dinero, hizo muy feliz al pobre. Es muy bonito. Un beso
ResponderEliminarUn relato como este sólo se le puede ocurrir a alguien con un corazón ENORME. Me ha encantado.
ResponderEliminarFelicidades. Un beso.
PD.Gracias por tu visita.
Es una máxima en mi vida, cielo. Prefiero dar que recibir, para mí es mucho más satisfactorio, sin duda...
ResponderEliminarBonita historia.
Un beso, cielo.
Natacha.
Que linda Lección!! Una Preciosa historia!! Dar es lo mejor que podemos hacer por los demás y por nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos de Domingo!
Hola de nuevo Soñadora!después de dejarte unas palabras en mi última entrada quise venir enseguida a "verte". Y es que he estado "desconectada" unos días pero con ganas de volver a casa de los blogs amigos, el tuyo es especial para mí, como te dije al principio y siempre que llego vuelves de nuevo a conseguir alegrar mi corazón. Cada texto que eliges es precioso, lleno de amor y bellas enseñanzas. Gracias, porque tú también das siempre, pones un poquito de cariño en cada una de nuestras botas!.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo. Feliz semana
Qué puedo decir! Me quedé sin palabras.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la mayoría. Un hermoso relato. Gracias por compartirlo
Un beso
Rampy
Extraordinaria y conmovedora historia.
ResponderEliminar¿Qué mayor satisfacción que hacer felices a los demás?
Besos.
Josef, otro sería el cantar si abundaran estas actitudes!
ResponderEliminarBesitos,
Lolylla, bienvenida a mi rinconcito. Como bien dices ,es mejor dar que recibir, tengámoslo presente.
ResponderEliminarBesitos,
Marbu, este tipo de relatos van dejando su huella no?
ResponderEliminarBesitos,
Ilusión, que tengas tu también una excelente semana!
ResponderEliminarBesos,
Silvia, celebro que te haya gustado este relato, cuando lo leí me conmovió mucho.
ResponderEliminarbesitos
Nataly, que linda tu frase "dando nos sentimos llenos", y llevas mucha razón.
ResponderEliminarBesos,
Isabel, probablemente eso sea tener sensibilidad social no? Tan escasa a veces.
ResponderEliminarbesitos,
Paqui, es un gusto visitarte pues tus poemas me gustan mucho.
ResponderEliminarbesitos,
Natacha, ojalá fuera la máxima en la vida de mucha gente!
ResponderEliminarBesotes,
Andrea, cuanta razón llevas, cuando damos nos enriquecemos ciertamente.
ResponderEliminarBesitos,
Libertad, que alegría "verte" por acá de nuevo! Gracias por tus cariñosas palabras, solo intento compartir las historias que a mi me enriquecen.
ResponderEliminarBesitos,
Rampy, estos detalles a veces nos dejan así, sin palabras.
ResponderEliminarBesitos,
Así es José, deberíamos asumir esa tarea en nuestro quehacer diario.
ResponderEliminarBesitos,
Muy bonita y sencilla la enseñanza. A todos nos ha venido bien el leerla. al menos a mí.
ResponderEliminarUn beso
Hola amiga en mi blog te dejé una invitación, cuando gustes pasa a retirarla,,,Besitos¡¡¡
ResponderEliminarCamy, me alegro que te haya gustado la enseñanza, sencilla pero valiosa.
ResponderEliminarBesitos!
Ilusión, ahora paso a ver de que se trata.
ResponderEliminarBesitos,
Bonito...pero cada vez más raro en los tiempos que corren
ResponderEliminarBesix
Me ha gustado muchísimo esta entrada. Por supuesto que es mucho mejor dar que recibir. Bonita lección.
ResponderEliminarBesos.
Pak Karamu visiting you
ResponderEliminarCalvarian, cierto que no es común, pero hay excepciones y a ellas hay que aferrarnos!
ResponderEliminarBesitos,
Amelie, es gratificante la alegría que uno siente cuando da, y podemos sentirla muy a menudo!
ResponderEliminarTe regalo una sonrisa.
Besitos,
Pakkaramu, thank you very much for your visit, Welcome to my web.
ResponderEliminarClaro que sí... es mejor dar que recibir, de esta manera alimentamos el alma. Qué lindo es compartir y ofrecer, mantienen vivo nuestro corazón.
ResponderEliminarPrecioso... un beso Soñadora!!
Yasmin, la alegría que siente el corazón cuando da, aunque sea una sonrisa, no tiene precio!
ResponderEliminarBesitos,
Gracias, Soñadora, por la sonrisa.
ResponderEliminarBesos :)
Amelie, de nada, fue un gusto!
ResponderEliminarBesitos,
Sol Lunar, gracias por visitar mi rinconcito e iluminarlo con un rayito de luz!
ResponderEliminarBesos,
guauuu... me lei desde el comienzo y no me espere ese final.... grande este texto... y no tenemos que dejarlo como un simple texto o como un relato.... debemos pornerlo en practica.... al menos yo 2 veces lo hice en mis 19 años.. es poquisimo segun mis ojos pero ya me enfrentare estas situaciones y reaccionare como siempre... dando mucho sin esperar nada a cambio....
ResponderEliminarwww.AristidesEchauri.Com
Aristides, ten por seguro que 2 veces no es poco, hay personas que andan por el mundo mucho tiempo y nunca practican caridad, y se pierden de esa felicidad que brinda el dar sin esperar nada a cambio.
ResponderEliminarBesos!