DOS HISTORIAS PARA SONREIR

SHERLOCK HOLMES Y EL DR. WATSON SE VAN DE CAMPING,

después de una buena cena y una botella de vino se despidieron y se fueron a dormir. Horas más tarde, Holmes se despertó y codeó a su fiel amigo:

-“Watson, mira el cielo y dime que ves...”

Watson meditó sólo un instante y contestó:

-“Veo millones y millones de estrellas...”

-“¿Y eso que te dice?”

Watson reflexionó un par de minutos y respondió:

-“Astronómicamente, me dice que hay millones de galaxias y potencialmente billones de planetas... Astrológicamente, veo que Saturno está en Leo... Cronológicamente, deduzco que son aproximadamente las tres y diez.. Teológicamente, puedo ver que Dios es todopoderoso y que somos pequeños e insignificantes... Meteorológicamente, intuyo que tendremos una hermosa mañana... Y a usted ¿que le dice Sherlock?”

Holmes encendió su pipa y respondió con calma: - “Pues veo mi estimado Watson que ..............¡nos robaron la carpa!”

NO DISCUTAS CON LOS NIÑOS

Una niñita le estaba hablando de las ballenas a su maestra. La profesora dijo que era físicamente imposible que una ballena se tragara a un ser humano porque aunque era un mamífero muy grande su garganta era muy pequeña. La niña afirmó que Jonás había sido tragado por una ballena.

Irritada la profesora le repitió que una ballena no podía tragarse ningún humano. La niñita dijo:

- Cuando llegue al cielo le voy a preguntar a Jonás.

La maestra le preguntó:
- ¿Y qué pasa si Jonás se fue al infierno?

A lo que la niña contestó:

- ¡Entonces le toca a usted preguntarle!

El forastero

Cuentan que un anciano perdió el conocimiento en una calle y lo llevaron de emergencia a un hospital.

Después de hacer algunas indagaciones, una enfermera del lugar pareció localizar al hijo del anciano, un marino que trabajaba en otra ciudad.

Cuando el marino llegó al hospital, la enfermera le dijo al anciano:

- Su hijo está aquí.

El pobre anciano, sedado por tantos medicamentos, levantó su brazo tembloroso. El marino tomó su mano y la tuvo entre las suyas por varias horas. De vez en cuando la enfermera le sugería al marino que se tomara un descanso, pero él rehusaba.

Cerca de la madrugada, el anciano falleció. Luego que murió, el marino le preguntó a la enfermera:

-¿Quién era ese hombre?

La enfermera le dijo:

-¿No era su padre?

-No, dijo el marino, pero vi que se estaba muriendo y en ese momento él necesitaba a un hijo desesperadamente y por eso me quedé.....

El cuento del oro y el dedo

En la China antigua, en una montaña profunda, vivía un ermitaño.

Un día, un viejo amigo le hizo una visita. Senrín, que así se llamaba el ermitaño, completamente feliz de acogerle, le ofreció una cena y un abrigo para pasar la noche; a la mañana siguiente, antes de la partida de su amigo, quiso ofrecerle un regalo.

Cogió una piedra y con su dedo la convirtió en un bloque de oro puro.

Su amigo no quedó satisfecho.

Senrín apuntó entonces su dedo sobre una enorme roca que también se convirtió en oro. Su amigo no sonrió.

- ¿Qué quieres pues? - preguntó Senrín.

El amigo respondió: - Quiero ese dedo, ¡ cortátelo !

Solucionando un problema

Una noche un hombre llamado Serfil no podía conciliar el sueño. Daba vueltas y vueltas en su cama, sin embargo sus ojos no podían cerrarse, las preocupaciones lo atormentaban.

-¿Qué te pasa?, preguntó su mujer. ¿Por qué no te duermes?

Serfil le confesó que no tenía las siete monedas de oro que le debía a su vecino Renu, lo cual le preocupaba tanto que le impedía dormir.

Su mujer se levantó, se echó encima una bata, salió a la calle y se puso a llamar a gritos a su vecino Renu, hasta que éste se asomó a la ventana frotándose los ojos de sueño y preguntó:

-¿Quién me llama? ¿Qué ocurre?

La mujer le contestó:

-Solo quiero que sepas que no vas a cobrar mañana tus siete monedas de oro, ¡¡¡porque mi marido no las tiene!!!

Dicho lo cual, la mujer regresó a su casa y le dijo a su marido: -Duérmete Serfil, ahora que se preocupe Renu.......

De nada sirve precuparnos por algo que no tiene solución. Es mejor encarar el problema y quizá éste no sea tan grave. A veces llenamos nuestro cerebro de preocupaciones y no nos permitimos relajarnos o vivir en paz .

Una fecha muy especial.......

Aún recuerdo como si fuera ayer el día viernes 11 de noviembre de 1983, en el que dos jóvenes de 27 y 21 años respectivamente nos acercamos a Dios con muchas ilusiones y expectativas , en busca de su bendición "hasta que la muerte nos separe".

Han ocurrido muchas cosas en estos 25 años, hemos visto nacer a nuestros dos hijos ( y cuando digo visto no exagero, pues él estuvo conmigo en ambos partos), los hemos visto crecer física y espiritualmente hasta convertirse en excelentes personas, de buenos sentimientos y con valores bien fundamentados.

Hemos vivido tempestades y momentos de remanso. Hemos visto partir a muchos seres queridos, hemos aprendido a convivir con nuestros defectos y a apreciar nuestras cualidades, tratando de darles mas énfasis a éllas y de restarle importancia a lo demás.

También aprendimos a "dar nuestro brazo a torcer" de vez en cuando, y sobre todo, aprendimos a amarnos y aceptarnos como somos.

Hemos sido respectivamente el bastón del otro en el momento en el que lo ha necesitado, hemos sacado fuerzas para luchar contra corriente en muchas ocasiones, pero principalmente hemos aprendido que al amor hay que alimentarlo siempre con detalles, con sonrisas, con perdón, que hay que regarlo como a una plantita para que siempre crezca.

Hoy celebraremos una misa de renovación de nuestras promesas, organizada por nosotros y nuestros hijos, y os invito a todos ustedes queridos amigos a compartir conmigo "virtualmente" este momento de tanta felicidad!

LA ROSA Y EL SAPO

Había una vez una rosa muy bella que se sentía de maravilla al saber que era la rosa más hermosa del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos.

Un día se fijó que a su lado siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se atrevía a verla de cerca.

Indignada por eso le ordenó al sapo que se fuera de inmediato, y el sapo muy obediente le dijo:

- Está bien, si es lo que quieres me voy.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.

Le dijo entonces:

- Vaya que te ves mal! ¿ qué te ha sucedido?

La rosa contestó:

-Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.

El sapo solo contestó:

- Lo que ocurre es que cuando yo vivía acá me comía a todas esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín.

Todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás o algo que enseñar.

¡TODOS SOMOS ESPECIALES!

BATALLA CONTRA EL ESTRES

Creo que en la actualidad nadie se libra de sentir estrés. Todos, en mayor o menor grado, sentimos con frecuencia ese desasosiego interior, ese no poder respirar a plenitud, esa depresión, fatiga, irritabilidad que en conjunto forman el famoso estrés. Ahora bien, ¿qué podemos hacer para combatirlo?

Uno de los métodos que a mí personalmente me da resultado es hacer ejercicios, así de simple. Y cuando hablo de ejercicios no me refiero a ningún deporte complicado o a pretender batir records mundiales. Se trata de hallar el tipo de ejercicio que a cada quién le resulte cómodo, con la frecuencia que sienta que le ayuda, y el tiempo que puedan invertir en ello.

Yo practico una mezcla de aeróbicos, marcha, carrera, steps, pesas y abdominales ,

los realizo de lunes a viernes muy temprano por la mañana, antes de empezar a trabajar (tengo la suerte de trabajar en casa) y dedico de 20 minutos a 1 hora al día, y realmente he podido comprobar el bienestar que me brinda el hacerlos. Hay mucha diferencia entre un día en el que hice ejercicios y uno en el que me ganó la flojera. Cuando opté por hacerlos, me siento como si fuera una batería recién recargada.

Si los ejercicios los combino con unos 5 minutos de paz y meditación, diría que el beneficio es aún mayor. Solo tienes que ponerte cómodo, cerrar los ojos y sentir tu respiración, sentir como circula la sangre por tu cuerpo y tratar de poner la mente en blanco.

Hay otras muchas maneras de enfrentar al estrés, por ejemplo darte tiempo para practicar un hobbie, en mi caso ese tiempito lo reservo para cantar, hace año y medio que participo en un coro y realmente siento que esa hora y media que asisto al ensayo semanal, sumado al tiempo en que practico por mi cuenta, influyen tremendamente en mi estado anímico.

¿Y cuál es tu secreto para combatir el estrés?

GRACIAS A LA VIDA

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me dio dos luceros que, cuando los abro,

perfecto distingo lo negro del blanco,

y en el alto cielo su fondo estrellado

y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me ha dado el oído que, en todo su ancho,

graba noche y día grillos y canarios;

martillos, turbinas, ladridos, chubascos,

y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me ha dado el sonido y el abecedario,

con él las palabras que pienso y declaro:

madre, amigo, hermano, y luz alumbrando

La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me ha dado la marcha de mis pies cansados;

con ellos anduve ciudades y charcos,

playas y desiertos, montañas y llanos,

y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me dio el corazón que agita su marco

cuando miro el fruto del cerebro humano;

cuando miro el bueno tan lejos del malo,

cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.

Así yo distingo dicha de quebranto,

los dos materiales que forman mi canto,

y el canto de ustedes que es el mismo canto

y el canto de todos, que es mi propio canto.

¡Gracias a la vida, gracias a la vida!

VIOLETA PARRA