sábado, 9 de mayo de 2015
Y yo al medio...
Salgo a dar un paseo. A veces me provoca hacerlo así, sin prisas, sin rumbo, sin algún quehacer que me apure, simplemente caminar, pensar, percibir todo cuanto a mi alrededor sucede, sentir el aroma de la tierra mojada en los parques recién regados, el olor de las flores, el canto de los pajaritos hablando su propio lenguaje.
A lo lejos veo una banca vacía que me llama, me invita a sentarme un rato, me acerco y tomo asiento. En seguida me percato que no está vacía como pensé, no estoy sola, comparten la banca conmigo la alegría y la tristeza. Tal parece que ya me esperaban y me han hecho un sitiecito al centro.
Ambas escuchan mis pensamientos, me conversan, opinan, quieren ganar mi atención y yo las escucho atentamente, las dos me resultan atractivas y esgrimen buenos argumentos. Noto que mientras sonrío algunas lágrimas se escapan y me siento bien, está decidido, hoy no tomaré sola el camino de regreso a casa, las llevaré conmigo en el paseo de vuelta.
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Me encantó este escrito. Así me siento yo tambien cuando salgo a pasear. Aunque yo no sé describirlo tambien.
ResponderEliminarGracias por tus letras.
Un abrazo de todo corazón.
Gracias a ti Josefa, por venir, por compartir, por tu cariño.
EliminarUn fuerte abrazo!
Exquisita reflexión...luces y sombras es bueno ver los pensamientos sin juzgar como observadores serenos.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo y cuando gustes te espero por mi Blog que ha cumplido 6 añitos y me gustaría celebrar contigo Soñadora, por éstos años de amistad.
Adriana, me encanta acompañarte en este tiempo de blog!
EliminarUn abrazo con cariño!
Lo relataste de manera exquisita. Así resultan esas caminatas, hacen surgir las emociones.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hermosa y sentida mescolanza de sentimientos Sara, unacretoma el camino renovada!
EliminarAbrazo fuerte!
Hola Soñadora,
ResponderEliminarCierto lo de tus dos acompañantes en el parque. De hecho se las puede encontrar en cualquier sitio... Son, están. Suelen acompañarnos a lo largo de la vida.
Pero también son prescindibles. Y una en especial debiera serlo cuanto antes.
Es y está. Pero no tiene el sitio asegurado a nuestro lado... ¡No debiera!
Un gran abrazo.
Gracias por tus palabras Ernesto, felizmente es la alegría quien tiene a menudo la voz cantante!
EliminarAbrazos!
Siempre es bueno oxigenarse como digo yo,salir del entorno y adentrarse en el mundo
ResponderEliminarLa soledad a veces es buena compañera
Cariños y buena semana
Abu, a todo hay que encontrarle el gusto y la soledad tiene su propio encanto.
EliminarAbrazo cariñoso!
Hola paso de visita por tu blog, yo camino mucho y voy con amigas pero alguna ved es bueno ir sola con nuestros pensamientos. saludos
ResponderEliminarNany, esas caminatas sin rumbo fijo suelen traer paz al final del camino.
EliminarAbrazo!
Así es Soñadora, esas compañías son inevitables cuando les damos un espacio para que se manifiesten. Sin embargo yo prefiero darle más espacio a la alegría y que los espacios para la tristeza sean cada vez, más fugaces. Cuestión de preferencias sin duda.
ResponderEliminarMe encantó la manera como lo describes.
Un abrazo!
Carmen Rosa, también disfruto mas de mano de la alegría, pero cuando la tristeza visita hay que recibirla también. Es bueno dejar que fluya.
EliminarUn abrazote!