
En una de mis caminatas me topé con estas plantitas. Llamó mi atención el hecho de que todas fueran rojas excepto una, cuya semilla cayó ahí por casualidad y resultó ser amarilla, diferente de las demás y por eso le tome una foto.
Y pensé en cómo somos las personas que muchas veces nos dejamos arrastrar por la corriente y vamos cambiando nuestra esencia, la cual va quedando oculta, disimulada, cubierta por varias capas de "adornos" ajenos.
Que bueno es lograr salvaguardar nuestra esencia y no temer el mostrarnos como somos sin necesidad de buscar más aprobación que la de nosotros mismos. Se requiere fuerza y valor pero la sensación de bienestar que esto conlleva merece nuestro esfuerzo.