
Pensaba el otro día que con la misma indiferencia o descuido con que contaminamos el medio ambiente, obramos con nuestra mente.
Y así, podríamos continuar con una extensa lista. Pero vale la pena? Logramos algo bueno con esta actitud? No sería mejor hacer un poco de "reciclaje" interior? E intentar vivir conscientes de nuestros pensamientos y al menor atisbo de uno de estos sentimientos, encender automáticamente la señal de alerta roja y purificar nuestro "ambiente"?
Inconscientemente vamos acumulando gran cantidad de pensamientos negativos, que poco a poco van minando nuestro interior y nos llevan de la mano por caminos oscuros y angustiantes.
Nos preocupamos excesivamente por el futuro y olvidamos disfrutar el presente.
Dudamos de nuestras propias capacidades aún sabiendo que cuando nos proponemos algo difícilmente habrá quien nos haga desistir.
Nos dejamos convencer por la apatía y elegimos el camino de la tristeza, la melancolía o la indiferencia.
A lo largo de nuestra vida llenamos nuestra pobre alma de resentimientos , que cada día nos pesan más y nos dificultan el avanzar.
Nos sentimos culpables por todos los errores que cometimos ( tiempo pasado), en lugar de hacer borrón y cuenta nueva.
Nos compadecemos de nosotros mismos y pensamos que siempre nos toca lo peor y ha de ser porque es lo que merecemos; y si algo bueno nos sucede pensamos que es totalmente inmerecido.

Creo que si así lo hacemos, nuestro interior brincará de entusiasmo y nos sentiremos ligeros "cual piuma al vento". Lo intentamos?