Por esas vueltas que da la vida o esas sorpresas que te depara el destino, este año mi nieto ha entrado a estudiar al mismo colegio en el que transcurrió toda mi etapa escolar y del cual egresé en el año 1978. No había vuelto a entrar hasta hace unos días en que hubo una actuación por el aniversario del colegio, en la que participó mi nieto.
El, por estar en inicial, asiste al local pequeño que queda al frente, pero la actuación se realizó en el local de los grandes, al que yo asistía y que cada vez que lo llevo o recojo miro desde fuera con cierta mezcla de curiosidad y nostalgia. Y de pronto, ahí estaba yo, parada en el mismo patio en que cada lunes formábamos para entonar el himno nacional y el himno del colegio, dirigidas por la directora que en lo alto de la escalera solo necesitaba una mirada o un "silencio" para que todo el patio se quedase congelado y estático.
Por un instante mis recuerdos vuelan rápidamente al ayer, y veo a la niña tímida e introvertida que llegó temerosa a las aulas, y que muchas veces soñaba con pedir que la cambien de colegio porque aún no tenía amigas y le parecía muy grande el plantel y muy difícil integrarse. Veo también a la adolescente, ya mas segura de si, que odiaba educación física y disfrutaba las clases de letras, ya con amigas, ya mas sociable y descubriendo que si podía rendir en el colegio. Por último veo a la jovencita que egresó, con algunos sueños en la mochila dispuesta a vivir la vida.
Las notas del himno del colegio empiezan a sonar en el altoparlante para dar inicio a la actuación y me traen al presente, y ahí estoy yo cantando a viva voz el himno que recuerdo como si hubiera sido ayer que lo entonaba cada semana. Mis ojos se humedecen y mi corazón se emociona. Al llegarle su turno veo a mi nieto salir muy seguro de si, formando parte de una bandita musical en que toca la lira. Nos mira y me obsequia una sonrisa amorosa y feliz, y toca con entusiasmo. Lo aplaudimos con emoción y al salir quiere que le cuente si el colegio ha cambiado y todo lo que sentí de estar de nuevo ahí y así nos vamos recordando y conversando con complicidad. Empieza una nueva etapa en el camino.
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Así es Cecilia.
ResponderEliminarLa vida es una sucesión de etapas... O así la percibimos. Pues pudiera ser que todo fuese un continuo fluir.
Tal como el tiempo. Que siendo lo que es, o no es, la humanidad lo divide a su gusto... :))))))
En cuanto a las emociones de "volver" al pasado, emociones!
Fuerte abrazo.
Hola Ernesto, en ese continuo fluir vamos avanzando, sintiendo, viviendo a nuestro gusto.
EliminarAbrazos, amigo!
¡¡Que lindos momentos vivimos de la mano de nuestros nietos!!
ResponderEliminarEs hermoso como has recordado tus primeros años en el colegio, nos hace bien vivir y revivir la infancia y juventud.
Un abrazo.
Hola Mariarosa, si, se viven momentos muy especiales de sus manos. Nos llenan de ilusión.
EliminarAbrazos!
Hermoso viaje al ayer nos has regalado con tus palabras. Hay recuerdos que se quedan anclados en el alma y cobran vida con la más mínima brisa de nostalgia. Sé que ando últimamente emocionándome con facilidad, pero hoy mucho más, especialmente cuando nos escribes sobre la conexión entre generaciones, ese puente invisible que une el pasado con el presente a través de los sentimientos y experiencias compartidas. Tu relato me ha hecho reflexionar sobre los caminos recorridos y sobre cómo, de alguna manera, seguimos habitando los lugares que marcaron nuestra historia.
ResponderEliminarGracias por esta magnífica evocación.
Hola Enrique, los recuerdos están ahí, presentes, cercanos, y basta un pequeño detonante, como les llamo yo, que llega en forma de un olor, una música, un lugar para que revivamos todo aquello que forma parte de nuestro camino.
EliminarSaludos!
Qué hermosa nostalgia nos compartiste, Cecilia! Cuánta emoción ahora junto a tu nieto, reviviendo horas pasadas y disfrutando del presente junto a él, un abrazo!
ResponderEliminarHola Maria Cristina, se reviven lindos momentos. Mas aún cuando él quiere saber todos los detalles de cuando yo asistía al colegio e intento recordarlos.
EliminarAbrazos!
Uy lindo relato lleno melancolía y nostalgia. Te mando un beso.
ResponderEliminarHola Judit, así vienen los recuerdos a veces, con sus matices de melancolía y nostalgia.
EliminarUn beso
Una entrada muy bella, muy digna de ti
ResponderEliminarPaz
Isaac
Hola Isaac, gracias por apreciarlo así.
EliminarUn abrazo
Adorei seu blog. Gosto de coisas assim, parabéns.
ResponderEliminarHola Silvio, muchas gracias por la visita. Bienvenido!
EliminarEstaba leyendo tu artículo y pensaba en mi, en mi familia, mi hijo estudió en el colegio que yo lo hice, hoy es profesor allí y mi nieta es alumna de ese colegio, tres generaciones pasamos por allí y cuanto nos viene a la memoria.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Abrazos
Hola Jose Antonio, que bonito lo que compartes y que simbólico que tres generaciones hayan pasado por allí. Cuantos momentos similares compartidos.
EliminarAbrazos
Precioso como nos evocas ambas experiencias, que se han acumulado en ese bello momento...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Hola Ildefonso, si, fue muy especial ese momento.
EliminarAbrazos, amigo
Soñadora, me alegro que tengas recuerdos más bien positivos por tu paso por ese colegio. Te despertó cosas dormidas, pero nunca idas. Más si son dignas de ser recordadas. Tu nieto, creo yo, tiene que haber quedado sorprendido por ese ayer tuyo que le trajiste a su imaginación. Va un abrazo.
ResponderEliminarHola Julio David, es curioso cuando esos recuerdos dormidos afloran, a veces sorprendiéndonos con detalles que no recordábamos.
EliminarMi nieto disfruta mucho de que le cuente detalles de esa época mía en lo que hoy es "su" colegio.
Abrazos!