martes, 27 de julio de 2010

Cuánto tiempo de felicidad acumulamos?

Ayer empecé a leer un libro titulado "La alta rentabilidad de la felicidad" de David Fischman y empieza con una adaptacion de un cuento de Jorge Bucay que dice así:



Cuentan que un caminante llegó a un cementerio en las afueras de un pueblo. La puerta de bronce del cementerio estaba abierta, así que decidió entrar y dar una vuelta para conocerlo. El sitio era hermoso, lleno de flores y jardines bien cuidados.


Cuando se acercó a la primera tumba, la lápida tenía grabado el siguiente mensaje:


"Abdul Tareg vivió ocho años, seis meses, cinco semanas y tres días".


El caminante se entristeció, pues pensó en la tragedia que la familia tuvo que haber pasado al perder un niño tan pequeño. Luego se acercó a la siguiente tumba y leyó:


"Yamir Kalib vivió cinco años, ocho meses, tres semanas y un día". Pensó:


"¿Otro niño?". No podía comprenderlo. Seguidamente dio una mirada rápida a todo el cementerio y descubrió que todas las tumbas tenían grabadas edades que no pasaban de los 12 años. Estaba golpeado emocionalmente.


¿Qué tipo de desastre tenía que haber pasado en este pueblo para que murieran tantos niños? El guardián del cementerio, acostumbrado a las reacciones de los forasteros ante las tumbas, se le acercó y le explicó:


"En nuestro pueblo tenemos una costumbre: a los 15 años todo joven recibe de sus padres una libreta para apuntar todos los momentos en que realmente fue feliz. Al morir, se suman los momentos de la libreta en que la persona fue feliz y se inscriben en la lápida. Aquí creemos que el verdadero tiempo vivido es el tiempo en que fuimos felices".

viernes, 23 de julio de 2010

Historia de miau...

Un samurai pescaba apaciblemente a la orilla de un río. Pescó un pez y se disponía a cocinarlo cuando un gato, oculto bajo una mata, dio un salto y le robó su presa. Al darse cuenta, el samurai se enfureció, sacó su sable y mató al gato. Este guerrero era un budista ferviente y el remordimiento de haber matado a un ser vivo no le dejaba luego vivir en paz.

Al entrar en su casa, el susurro del viento en los árboles murmuraba miau. Las personas con las que se cruzaba parecían decirle miau. La mirada de los niños reflejaba maullidos. Cuando se acercaba, sus amigos maullaban sin cesar. Todos los lugares y las circunstancias proferían miaus lacerantes. De noche no soñaba más que miaus. De día, cada sonido, pensamiento o acto de su vida se transformaba en un miau. Él mismo se había convertido en un maullido.

Su estado no hacía más que empeorar. La obsesión le perseguía, le torturaba sin tregua ni descanso. No pudiendo acabar con los maullidos, fue al templo a pedir consejo a un viejo maestro zen.

- Por favor, te lo suplico, ayúdame, libérame.

El maestro le respondió:

- Eres un guerrero, ¿cómo has podido caer tan bajo? Si no puedes vencer por ti mismo los miaus, mereces la muerte. No tienes otra solución que hacerte el harakiri. Aquí y ahora.

Y añadió:

- Sin embargo, soy monje y tengo piedad de ti. Cuando comiences a abrirte el vientre, te cortaré la cabeza con mi sable para abreviar tus sufrimientos.

El samurai accedió y, a pesar de su miedo a la muerte, se preparó para la ceremonia. Cuando todo estuvo dispuesto, se sentó sobre sus rodillas, tomó su puñal con ambas manos y lo orientó hacia el vientre. Detrás de él, de pie, el maestro blandía su sable.

- Ha llegado el momento -le dijo-, empieza.

Lentamente, el samurai apoyó la punta del cuchillo sobre su abdomen. Entonces el maestro le preguntó:

- ¿Oyes ahora los maullidos?

- Oh, no. ¡Ahora no!

- Entonces, si han desaparecido, no es necesario que mueras. Veo que has comprendido que los problemas que nos preocupan no tienen la importancia que les otorgamos, son como ese miau que te acompañaba.




CUENTO ZEN

Queridos amigos, no permitamos que nuestros temores nos impidan disfrutar de lo maravillosa que es la vida! Espero que pasen un excelente fin de semana y que no se olviden de sonreir. Y ya que hablamos de miau les dejo este simpático video.

miércoles, 21 de julio de 2010

Si tuviera una varita....


Conversando ayer conmigo misma, me sumí en mis pensamientos e imaginé qué cosas haría si tuviera una varita mágica (no, no se preocupen, no me he vuelto loca, sólo pensaba!!).
Lo primero que pensé fue en erradicar las guerras, la violencia, el hambre, la injusticia, la desigualdad. Mas luego me percaté que no daría resultado, que ese no es el camino.

Me dí cuenta que así pudiera eliminarlos, volverían a cobrar fuerza, pues donde debería apuntar mi varita es al corazón de las personas.

Esa varita tendría que hacer mucho esfuerzo para poder reemplazar el odio por amor, la ambición por generosidad, el afan de poder por el deseo de ayudar, la opresión por el respeto, la codicia por la solidaridad, el hambre por la saciedad, etc, etc, etc.


Llegará aquel día en que podamos vernos todos como hermanos? En que la gente camine sonriente preocupándose en cómo ayudar a su prójimo? En que todos los niños puedan vivir como tales, con ilusión y alegría? En que la naturaleza no tenga que sufrir porque nos esforzamos tanto en dañarla y maltratarla?
Al rato "desperté", y pensé que hubiera sido un bonito sueño, y, quien sabe algún día podamos ver esa otra realidad que tanto nos gustaría. Dicen que soñar no cuesta nada........seguiré soñando!


viernes, 16 de julio de 2010

Amaneceres y ocasos....

El sol se despedía del Imperio Tré. El joven caminaba junto a la anciana del molino amarillo. Iban conversando sobre la vida.
- “¿Qué es lo que más te gusta de la vida, anciana?”

La viejecilla del molino amarillo se entretenía en lanzar los ojos hacia el ocaso.

- “Los atardeceres”El joven preguntó, confundido:

- “¿No te gustan más los amaneceres? Mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol allá, detrás de las verdes colinas de Tré”.
Y, reafirmándose en lo dicho, agregó:

- “¿Sabes?... Yo prefiero los amaneceres.”

La anciana dejó sobre el piso la canastilla de espigas que sus arrugadas manos llevaban. Dirigiéndose hacia el joven con tono de voz dulce y conciliador, dijo:

- “Los amaneceres son bellos, sí. Pero las puestas de sol me dicen más. Son momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son momentos que me dicen cosas de mí misma.”

- “¿Cosas? ¿De ti misma...?”, inquirió el joven. No sabía a qué se refería la viejecilla con aquella frase.

Antes de cerrar la puerta del molino amarillo, la anciana añadió:


- “Claro. La vida es como un amanecer para los jóvenes como tú. Para los ancianos, como yo, es un bello atardecer. Lo que al inicio es precioso, al final llega a ser plenamente hermoso. Por eso prefiero los atardeceres... ¡mira!”

La anciana apuntó con su mano hacia el horizonte. El sol se ocultó y un cálido color rosado se extendió por todo el cielo del Imperio Tré. El joven guardó silencio. Quedó absorto ante tanta belleza.

miércoles, 7 de julio de 2010

Dos años.....

...es el tiempo que ha transcurrido desde el día que incursioné en el mundo de los blogs. Al principio sentía gran curiosidad por ver qué habría más allá de mi pantalla, me preguntaba nerviosamente si en algún momento alguién más leería lo que escribo....y así me convertí de la noche a la mañana en bloguera. Empecé a buscar blogs afines a mi pensar y sentir y fui descubriendo personas maravillosas a lo largo y ancho del planeta. Quiero agradecer aquí especialmente a mis dos hijos quienes se solidarizaron conmigo en esta aventura y vienen a visitarme, leerme y aportar su granito de arena.
Aprendí que pese a parecer tan impersonal uno realmente puede conocer a las personas en su esencia, e incluso llegar a intuir su estado de ánimo a través de sus escritos. Descubrí también los haikus y lo mucho que me entusiasman, animándome incluso a abrir un segundo blog "Mi rincón de Haikus" , en el que hago mis pininos escribiendo haikus de mi inspiración.

Recuerdo que cuando era aún adolescente y estudiaba secundaria, tenía un cuaderno en el que me encantaba apuntar poesías , pensamientos o mensajes que llamaran mi atención, así como fotos e imágenes de hermosos paisajes.
Pues bien , me dije al abrir el blog, será una alternativa a ese cuadernito. En él podré ir guardando todas aquellas historias y poemas que me gusta coleccionar y así nació Atrévete a Sonreir. El nombre se me ocurrió al darme cuenta que muchas personas con el paso del tiempo van
haciendo a un lado la sonrisa, la reemplazan por un ceño fruncido y mucha seriedad a la "altura de las circunstancias", e incluso evitan sonreir.
Creo que no hay nada mejor que una buena sonrisa, es invitar a ese niño que habita en nosotros a salir a la superficie, es permitirnos disfrutar de cada instante de la vida, es aprender a tomarnos a nosotros y nuestro entorno un poco más a la ligera, es intentar ser felices!!!
Les agradezco a todos los que en este tiempo me han acompañado con sus visitas y comentarios, a todos los que en algún momento se atrevieron a sonreir conmigo y a llorar o soñar de acuerdo a las circunstancias.

He preparado este recuerdo para todos ustedes en recuerdo de mi amistad y gratitud. Y espero que continuemos juntos por este camino blogueril!

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